La OMS consideró necesaria una profunda reflexión del papel de la enfermería en la política sanitaria y promover que se utilicen todas sus competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) para mejorar el nivel asistencial de sus países, de sus organizaciones, de sus hospitales y de sus ciudadanos. Con este objetivo, el Colegio de Enfermería de Zaragoza explica que 2020 iba a ser un año plagado de eventos y campañas de información hacia la población y los gestores sanitarios. Concienciar de la importancia de invertir en enfermería y visibilizar las necesidades que tenemos para prestar los mejores cuidados a los pacientes y garantizar la salud y la seguridad de las personas. “La pandemia paralizó todos estos planes y nos puso a todos en una situación muy complicada”, indica Inma Marco, vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Zaragoza.

La emergencia sanitaria tensó enormemente el sistema de atención a la salud y a las enfermeras en especial. La enfermería es la profesión más cercana a los pacientes, desde el primer momento ha liderado los cuidados en la primera línea y es la que lleva el mayor peso de la vacunación. Su compromiso con el paciente va más allá de la atención sanitaria, en todo momento se tiene en cuenta el factor humano, las necesidades de acompañamiento, de contacto con su familia, de información, de prevención y seguridad... De este modo, durante la crisis del coronavirus, su trabajo se ha multiplicado exponencialmente y la sucesión de olas de gran incidencia, no ha permitido recuperarse, descansar o encontrar esperanza.

La pandemia no ha hecho más que manifestar de forma dramática una de las debilidades históricas del sistema sanitario español. La escasez de plantilla en enfermería. La ratio enfermera por paciente en nuestro país es de las peores de nuestro entorno. Los datos de la Organización Mundial de la Salud indican que la media de enfermeras por 100.000 habitantes en Europa es de 8,5, mientras que en España es de 5,3. Supone ocupar el puesto 24 de los 28 países de la Unión Europea.

Sin embargo, toda evidencia muestra que una adecuada dotación de enfermería en los servicios sanitarios garantiza la seguridad del paciente, disminuye días de hospitalización, logra mayor adherencia y menos efectos adversos de los tratamientos, constatando que se reduce la mortalidad. También hay que tener en cuenta que, en una sociedad como la nuestra, con elevada esperanza de vida e importante prevalencia de enfermedades crónicas, pluripatologías y pacientes muy dependientes, se traduce en mayor necesidad de cuidados enfermeros.

Invertir en calidad

No obstante, para mejorar las condiciones de la profesión enfermera no basta con ampliar las plantillas y mejorar las condiciones de trabajo. Inma Marco, vicepresidenta del Colegio de Zaragoza, asegura que la organización actual mantiene “desajustes importantes que exigen una profunda reflexión”. Dar la importancia que se precisa a la Salud Pública y a la Atención Primaria. La atención a la salud supone, no solo el procurar conservar la vida, si no también intervenir en la su calidad, en la promoción, en la prevención y rehabilitación y por supuesto en los procesos de final de la vida, en esencia los cuidados, (misión del quehacer enfermero). La práctica sanitaria actual precisa la intervención de diferentes profesionales integrados en equipos multiprofesionales, mayor coordinación entre niveles asistenciales y un modelo de gestión más cercano a los problemas reales.

Son muchas las demandas que mantienen las enfermeras y que exigen respuesta de la administración para poder desarrollar todo su potencial. Entre ellas, la formación especializada, que lleva en marcha 15 años, se ha invertido en especialistas formados siguiendo el modelo de residencia (EIR) con dos años de rotación por servicios específicos y todavía no se han desarrollado los sistemas de acceso a plazas especializadas en la mayoría de las especialidades enfermeras, lo que se considera un desaprovechamiento de recursos inexcusable.

Otro aspecto importante que reivindica la profesión enfermera es una mayor participación en el diseño de las políticas sanitarias. Su aportación es esencial, pero, sin embargo, no está representada cuando se toman las decisiones importantes de reasignación de recurso o de organización, tampoco cuando se realizan evaluaciones de resultados, lo que invisibiliza su labor.

Las prescripciones, una demanda por fin cumplida

Pero no todo este año ha de ser negativo. Una de las grandes novedades que el año va a traer al mundo sanitario es que los enfermeros en Aragón podrán prescribir medicamentos a los pacientes. En el ámbito internacional ya hay bastantes países que han autorizado la prescripción enfermera desde hace años, tales como Australia, Canadá, Holanda, Estados Unidos o Francia. La prescripción ha supuesto un incremento de la satisfacción y autonomía profesional de las enfermeras que realizan esta tarea. Hay numerosos estudios que demuestran que la prescripción enfermera beneficia tanto a las personas atendidas como a los profesionales que prestan la atención.

Enfermería podrá prescribir los medicamentos no sujetos a prescripción médica, y también los medicamentos sujetos a prescripción médica mediante unos protocolos y guías. Si se trabaja en el Salud y los servicios prestados son superiores en duración a un año la acreditación será inmediata por parte del Servicio. Cuando la enfermera trabaje en el ámbito privado deberá acudir al Colegio de Enfermería para obtener dicha acreditación. Para todas aquellas enfermeras que no lleven un año de ejercicio profesional se realizará un curso de acreditación.

En la situación actual de emergencia sanitaria, estas prescripciones podrían ayudar a aliviar el sistema sanitario en casos leves. Marina Francés, vocal del Colegio de Enfermería, explica que el personal de enfermería queda satisfecho con esta variación de la Ley del Medicamento «en cierto modo»: «No olvidamos que a las enfermeras se les exige la acreditación incluso para aquellos medicamentos que pueden ser adquiridos por las personas en una decisión autónoma».

Cuándo podrá prescribir un enfermero:

  • Cuando se administra o aconseja una vacuna al paciente tras realizarle una valoración clínica, tanto vacunas pediátricas, como en las vacunas de adulto.
  • Cuando las matronas (enfermeras especialistas) gestionan un embarazo o bien un parto de forma autónoma prescriben diversos medicamentos.
  • Cuando se aconseja una vitamina, un probiótico, un espesante.
  • Cuando se utilizan cremas (a veces antibióticos) o apósitos medicamentosos para curar heridas, quemaduras o úlceras por presión.
  • En caso de asistencia de equipos de urgencia (donde no viaja un médico) o las unidades de cuidados críticos donde el tiempo de reacción es crucial para salvar vidas.
  • En los hospitales cuando se administra heparina (medicamento sujeto a prescripción médica) para evitar la coagulación de sangre en las vías o en Atención primaria en los reservorios que se utiliza el mismo medicamento.
  • En todos aquellos servicios donde no hay médicos en plantilla de forma permanente, empresas, escuelas, ambulancias, prisiones, en ámbito militar…