Un tribunal de Salzburgo, en Austria, absolvió ayer a los 16 acusados de la muerte de 155 personas en el incendio de un funicular subterráneo, el 11 de noviembre del 2000, que comunicaba la localidad austriaca de Kaprun con el glaciar alpino de Kitzsteinhorn. La sentencia absolutoria del personal de la empresa que hacía el mantenimiento del funicular causó indignación entre el público que llenaba la sala, en su mayoría familiares de las víctimas.

El magistrado que llevó el caso, Manfred Seiss, afirmó que el accidente se debió a un cúmulo de circunstancias fatales y que todas las instalaciones técnicas se ajustaban a la normativa vigente. Exculpó a los responsables de la construcción, del mantenimiento y de la explotación del funicular.

Los peritos concluyeron que un aparato de calefacción por aire en la cabina inferior del funicular ascendente se incendió y prendió fuego al sistema hidráulico de frenos del convoy, que se detuvo dentro de un túnel y se vio envuelto en llamas. Las puertas quedaron bloqueadas.