Los primeros ataques suicidas contra instalaciones petroleras en el sur de Irak, que tuvieron lugar el pasado sábado, desataron la alarma en las monarquías del golfo Pérsico y les recordaron que pueden ser objeto de acciones similares. Responsables del sector del crudo expresaron ayer su temor a que se produzcan nuevas acciones contra instalaciones petroleras en los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que producen alrededor del 25% del crudo mundial, y provoquen un alza descontrolada en los precios. "Los ataques son una noticia terrible", declaró Kamel al Harami, antiguo responsable del sector en Kuwait.

"Es una pesadilla, tanto para los consumidores como para los productores; el mercado está tenso y volátil" debido a la coyuntura mundial, puntualizó Harami. No fue el único experto que se manifestó en estos términos. Abdeluahab Abú Dahech, economista del Ryad Bank, sentenció: "La primera consecuencia a corto plazo será un incremento de los precios sobre el mercado".

TACTICA DE AL QAEDA El sábado, tres lanchas cargadas de explosivos se disponían a impactar en las instalaciones petroleras de Jor el Amaya y de Basora, que permiten a Irak exportar 1,9 millones de barriles de petróleo. La primera embarcación explotó cuando los soldados de la coalición se acercaban para inspeccionarla. Una de las otras dos lo hizo a sólo siete metros de uno de los petroleros que esperaba ser cargado.

Los kamikazes recurrieron a la misma táctica utilizada por los extremistas de Al Qaeda en sendos atentados perpetrados en Yemen contra el destructor norteamericanos USS Cole y el petrolero francés Limburg . Por primera vez en el conflicto iraquí, se utilizaron barcos bomba. Hasta ahora la resistencia sólo había atacado oleoductos. Para los expertos, los atentados frustrados del sábado constituyen "una escalada" y marcan "una dimensión nueva y simbólica" del conflicto.

Las tentativas de atentado forzaron a Irak a suspender dos días sus exportaciones. Tras apuntar a la pista extranjera, el ministro del Petróleo iraquí, Ibrahim Bahr al Ulum, declaró que su país espera retomar las exportaciones "el lunes" (por hoy). Los atentados provocaron un corte en el suministro eléctrico, aunque prometió que "las operaciones terroristas no obligarán a interrumpir el flujo de crudo iraquí". Tres soldados norteamericanos perecieron durante las operaciones contra las lanchas bomba.

DETERIORO EN LA SEGURIDAD Entretanto, la seguridad en Irak continúa deteriorándose. Al este de Bagdad, cuatro niños murieron después de que las tropas estadounidenses abrieran fuego de forma indiscriminada tras un ataque contra un convoy militar. También murió un soldado norteamericano.

El presidente norteamericano, George Bush, puede dar la orden de atacar Faluya, bastión de la revuelta suní, hoy, a pesar del riesgo político de provocar más revueltas populares, informó ayer el diario The New York Times . Una delegación de la ciudad viajó a Jordania y pidió a la ONU que mediara. Bush analizó el sábado la situación con sus principales asesores de seguridad nacional.

Tras la sangrienta jornada del sábado, en la que murieron 43 personas, entre civiles iraquís y soldados de la coalición, se registraron episodios esporádicos de violencia. En Mosul, al norte, siete iraquís murieron y decenas resultaron heridos tras un ataque con morteros contra un hospital, un hotel y un cuartel de la policía, según Al Jazira.