Una veintena de técnicas extremas para interrogatorios, que incluyen desde alterar los ciclos normales del sueño hasta preguntar a los presos totalmente desnudos, pasando por someterlos a música muy alta o luces de gran intensidad, fueron aprobadas por el Pentágono para la cárcel de Guantánamo (Cuba), donde están confinados más de 600 presos desde el final de la guerra contra los talibanes en Afganistán. Esta información, revelada ayer por The Washington Post, irrumpe cuando arrecia el escándalo de las torturas a presos en Irak, país para el que el Pentágono aprobó "medidas similares", según el diario.

El uso de las técnicas más duras, que figuran en la lista secreta de métodos de interrogatorio, debe ser justificado como "militarmente necesario" y, una vez aprobado, realizado bajo "apropiada supervisión médica", indicó también el diario estadounidense.

EL VISTO BUENO Para poder interrogar a un preso con estas técnicas, aprobadas por el Pentágono y el Departamento de Justicia para Guantánamo en abril del 2003, hace falta la autorización de un alto mando militar y, en ciertos casos, la del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, cuyo futuro está en la cuerda floja por el escándalo de los abusos cometidos en Irak.

Segun el Post, el Pentágono aprobó el empleo de estas técnicas en el país árabe en caso de "detenidos de gran valor", esto es, presuntos terroristas o quienes pueden poseer información sobre operaciones de resistencia contra las fuerzas estadounidenses de ocupación. El diario añadió que la CIA tiene sus propias normas para interrogar en las prisiones donde actúa.

SIN CONTACTO FISICO Entre las técnicas aprobadas por el Pentágono figura forzar a un preso a permanecer en pie durante cuatro horas seguidas e interrogarle desnudo si está solo en su celda. No se permite, sin embargo, el contacto físico, la amenaza de asfixiarle con toallas --conocida como la técnica de la tabla de lavar-- ni tampoco la colocación de cables eléctricos para someterlo a descargas.

"Queríamos tener las manos un poco más libres que en las cárceles de Estados Unidos, pero no las torturas", declaró un abogado que participó en la aprobación de las técnicas de interrogatorio.