El presidente de EEUU, George Bush, ha consultado a un abogado privado para estar preparado en el caso de que sea requerido su testimonio sobre la divulgación del nombre de una agente encubierta de la CIA, según informó ayer la Casa Blanca. Revelar el nombre de un agente encubierto de Estados Unidos constituye un delito federal. La investigación pretende determinar quiénes filtraron el nombre de Valerie Plame, esposa de un diplomático.