Justo en sentido contrario a la principal recomendación de la comisión que investigó los errores previos al 11-S, el presidente de EEUU, George Bush, firmó ayer una orden ejecutiva para ampliar los poderes del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). La medida, "provisional" pero de efecto inmediato, supondrá un fortalecimiento de la CIA, principal responsable de la información defectuosa sobre la que Bush apoyó su decisión de iniciar la guerra de Irak. Un conflicto en el que cometió "errores de cálculo", según admitió él mismo, por primera vez, en una entrevista con el periódico estadounidense The New York Times .

La Administración intenta justificar la ampliación de poderes del director de la CIA como "un primer paso" hacia la creación del puesto de "director nacional de inteligencia", una propuesta de la comisión que Bush apoya con matices y que necesitará la aprobación del Congreso. "Mejorará nuestra capacidad de encontrar, perseguir y detener a terroristas", se limitó a decir ayer el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, al presentar la orden ejecutiva, una de las tres que firmó el presidente de EEUU. De las otras dos, una crea el Centro Antiterrorista Nacional, que dirigirá operaciones en el campo diplomático, militar y financiero e informará al director de inteligencia. La otra promoverá que las distintas agencias de espionaje compartan más información.

Sin embargo, dar más poderes al director de la CIA es justo lo contrario de lo que propuso la Comisión.

AGENCIA DISFUNCIONAL Sus integrantes se oponen a que el responsable de una agencia "disfuncional" se encargue de controlar sus operaciones diarias y, al mismo tiempo, supervisar el entramado de agencias de inteligencia.

"En lugar de tener tres o cuatro trabajos, el director puede concentrarse en la CIA y en la reconstrucción de esa agencia, asegurarse de que realmente se reforma y así puede hacer su trabajo --ha dicho Thomas Kean, el exgobernador republicano que presidió la Comisión--. La idea es tener un director de la CIA cuyo trabajo sea realmente la agencia. No debería tener que dirigir todos los servicios de inteligencia".

La orden firmada ayer por Bush, sin embargo, potencia lo contrario. En ella se dirige a los líderes de otras agencias, incluyendo la Agencia de Seguridad Nacional y la Agencia de Inteligencia de Defensa, para que permitan que el director de la CIA ejerza toda su autoridad en varios asuntos, incluyendo los presupuestarios. Este promete ser uno de los puntos conflictivos dentro de la propia Administración.

ERRORES Los servicios de espionaje llevan meses en el punto de mira por sus fracasos anteriores al 11-S y por la guerra de Irak, que se construyó sobre su información intencionadamente manipulada o errónea. El jueves, sin embargo, Bush admitió que cometió "errores de cálculo sobre cuáles serían las condiciones" en la posguerra iraquí.