Las exigencias de los soldados estadounidenses destinados en Irak para disponer de equipamiento adecuado han calado en Washington. "Nos estamos ocupando de todas las peticiones", aseguró el pasado jueves el presidente de EEUU, George Bush. Poco después, el director de presupuestos de la Casa Blanca, Joshua Bolten, y fuentes del Congreso anunciaron que se solicitarán entre 75.000 y 100.000 millones de dólares (entre 56.250 y 75.100 millones de euros) al órgano legislativo norteamericano para financiar las operaciones militares en Afganistán e Irak. Parte de esta cifra se destinará a incluir mejoras en los vehículos blindados.

Tales sumas exceden la previsión de entre 60.000 y 75.000 millones de dólares que el pasado octubre la Casa Blanca calculó para las tropas desplegadas en Afganistán e Irak. Porque la creciente violencia en Irak ha obligado a incrementar la factura de la guerra. Caso de aprobarse el nuevo paquete presupuestario, el Gobierno de Washington se habría gastado en total en Irak y Afganistán unos 300.000 millones de dólares (cerca de 225.300 millones de euros o unos 37,5 billones de pesetas).

PRISAS DE WASHINGTON Las prisas de la Casa Blanca por complacer a las tropas en Irak se deben a la embarazosa situación creada el miércoles, tras la denuncia presentada por el soldado Thomas Wilson ante el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, durante una sesión de preguntas en Kuwait. Wilson exigió saber cuándo los soldados dejarán de tener que buscar entre la chatarra para mejorar el blindaje de sus vehículos, una pregunta que le fue sugerida por el periodista Lee Pitts, del Chattanooga Times Free Press . Tan sólo los soldados podían plantear cuestiones durante el acto.

En Washington, la oposición demócrata se apresuró a recordar que la falta de medios en Irak ya fue denunciada durante la campaña electoral por el candidato demócrata a la presidencia, John Kerry. Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, exigió la dimisión de Rumsfeld por "no haber hecho lo necesario para cumplir con su principal deber: proteger a las tropas".

"Estamos trabajando intensamente para atender las peticiones" de que se blinden todos los vehículos, incluyendo a los camiones, dijo el teniente general Steven Whitcomb. El oficial admitió que le faltan 2.000 de los 8.100 Humvees con blindaje reforzado solicitados.