Doce ministros presentaron ayer su dimisión al presidente de Irán, Mohamed Jatami, en protesta por la decisión del Consejo de los Guardianes de la Constitución de prohibir un gran número de candidaturas reformistas a las elecciones legislativas del próximo 20 de febrero. Mientras, el líder espiritual de la revolución islámica, el ayatolá Alí Jamenei, rehusó intervenir en la grave crisis política que vive el país.

"Las dos partes (el Ministerio de Interior y el Consejo de Guardianes de la Constitución) dicen que han respetado la ley (...) Si llegamos a una situación delicada, donde sea necesaria una decisión, al haberse cumplido todas las etapas legales, en ese momento yo intervendré", subrayó ayer Jamenei.

EL HERMANO DEL PRESIDENTE Entre los 3.500 candidatos invalidados, hay más de 80 diputados reformistas del actual Parlamento (de 270 miembros). La prohibición afecta sobre todo a miembros del Frente de Participación (FP), principal fuerza reformista del Parlamento, incluyendo a su presidente, Mohamed Reza Jatami, hermano del presidente de la república.

La marginación de los diputados reformistas refleja la brecha cada vez mayor entre los aliados de Jamenei y los reformistas, que desde la llegada de Jatami al poder ejecutivo, en 1997, no han logrado imponer las reformas políticas y económicas ni avanzar tampoco en materia de derechos humanos.

Decenas de diputados protagonizaron, por segundo día consecutivo, una sentada dentro del Parlamento para protestar por su apartamiento de la carrera electoral. Jatami, por su parte, que ya ha expresado su rechazo a la prohibición de candidaturas, no ha decidido si acepta la dimisión que le presentaron 12 ministros.

La crisis iraní sorprendió al Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Javier Solana, en Teherán, adonde llegó el domingo. Solana pidió que el proceso electoral sea "claro y transparente".