El exministro británico de Asuntos Exteriores Robin Cook exigió ayer al primer ministro, Tony Blair, que admita que la guerra en Irak fue un error. Cook, presidente del Partido de los Socialistas Europeos, insistió en pedir responsabilidades a Blair, tras la dimisión de David Kay, jefe del equipo estadounidense encargado de buscar armas de destrucción masiva, que ha vuelto a poner al primer ministro británico contra las cuerdas.

Según Cook, que abandonó el Foreign Office precisamente por su oposición a la guerra de Irak, Blair apoyó la invasión "sólo para demostrar al presidente de EEUU, George Bush, que era un aliado fiable". "Está empezando a ser poco digno que el primer ministro siga insistiendo en que tuvo razón, cuando todo el mundo puede ver ahora que se equivocó", declaró Cook a la BBC.

La oposición británica, por su parte, reiteró ayer su petición de que se lleve a cabo una investigación pública sobre las condiciones en las que Gran Bretaña entró en la guerra contra Irak. El responsable de Exteriores del Partido Conservador, Michael Ancram, afirmó que la dimisión de Kay "plantea cuestiones muy graves que conciernen al primer ministro, Tony Blair".