Al menos 10 civiles --8 albanokosovares y 2 serbios-- murieron ayer y más de 250 resultaron heridos, algunos muy graves, en los peores enfrentamientos callejeros registrados en Kosovo en los últimos cuatro años, en que la provincia ha estado bajo control de la ONU. También resultaron heridos 13 soldados de la Kfor (la fuerza multinacional desplegada en Kosovo).

Los incidentes se produjeron en la dividida ciudad de Kosovska Mitrovica, en el norte de la provincia. La violencia se desató a media mañana en los accesos del puente que enlaza las dos partes de la ciudad dividida por el río Ibar --el norte, mayoritariamente serbio y el sur, albanokosovar-- después de que una indignada multitud de albanokosovares se concentrara en el lado sur para protestar por la muerte, el martes, de tres niños albanokosovares que perecieron ahogados en el río.

Las circunstancias de la muerte de los niños son confusas. Según la prensa albanokosovar, los pequeños fueron lanzados al río por serbios. Esta circunstancia no ha sido confirmada ni desmentida por la Unmik (la administración de la ONU), que investiga los hechos. Portavoces de la Unmik señalaron que los medios de comunicación locales lanzaron un veredicto apresurado a sabiendas del riesgo de incitar los disturbios.

Según un periodista de Reuters que presenció los incidentes, en el momento en que la policía de la ONU intervino para impedir que los manifestantes albanokosovares cruzaran el puente, un hombre disparó contra la multitud, desde el sector serbio. Los albanokosovares respondieron con revólveres. El tiroteo prosiguió en medio de una batalla campal en la que una y otra parte se enfrentaron también a pedradas, mientras la policía de la ONU disparaba balas de goma y gases lacrimógenos intentando hacerse con el control de la situación. Al atardecer, cuando los enfrentamientos habían remitido, la Unmik decretó el toque de queda en la ciudad.