El presidente turco, Recep Tayyip Erdgoan, adelantó ayer las elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas al próximo 24 de junio. Dentro de dos meses. Estos comicios, en principio, debían tener lugar en noviembre del 2019, pero desde hacía meses, la prensa turca comentaba rumores dentro del Gobierno que apuntaban a la intención de Erdogan de adelantarlas.

Serán las primeras elecciones tras el referéndum constitucional del año pasado, por el que, con un resultado de solo el 51% de votos a favor, Turquía pasó de tener un sistema parlamentario a uno presidencialista. La victoria le sirvió a Erdogan para acaparar más poderes en sus manos.

Desde el inicio de la operación turca en el cantón sirio de Afrín, Erdogan ha estado ganando en popularidad y surfeando una ola nacionalista. Las banderas turcas, en todas las ciudades del país, ondean en cada rincón; y la industria cinematográfica turca está creando, casi cada hora, nuevas películas exaltando «los héroes y los mártires que luchan por Turquía».

La economía del país, sin embargo, se desploma: la inflación está por encima del 10% —lo sano es entre el 1% y el 3%— y la lira, la moneda de Turquía, cada día pierde más valor respecto al dólar y el euro. «Erdogan se ha dado cuenta de que no podía sostener la economía hasta noviembre del 2019. Por esto adelantan las elecciones 17 meses», escribe el analista y opositor turco Aykan Erdemir.

El martes pasado, en el parlamento turco, el socio de coalición de Erdogan, el ultranacionalista Devlet Bahçeli, anunció que le gustaría que las elecciones se anticipasen. Propuso el 26 de agosto. Erdogan dijo entonces que le entristecía esa idea y que, para la estabilidad del país, era mejor no tocar la fecha.

Pero ayer se reunieron ambos políticos y, tras terminar el encuentro, el presidente turco anunció la fecha: el 24 de junio. Bahçeli y Erdogan se presentarán en coalición y todo indica que el anuncio había sido muy estudiado.