Los ministros del Interior de España, José Antonio Alonso, y de Francia, Dominique de Villepin, rechazaron ayer la propuesta de Alemania e Italia de construir centros de acogida para inmigrantes sin papeles en el norte de Africa con el fin de impedir que entren clandestinamente en Europa. En una reunión informal en Florencia, los titulares de Interior del G-5 --que agrupa a Francia, España, Gran Bretaña, Italia y Alemania-- lograron avances para coordinar sus bancos de datos de extremistas islamistas. Pero no se pusieron de acuerdo sobre quién dirigirá la Europol, cargo vacante desde julio, para el que todos, excepto España y Gran Bretaña, presentaron un candidato.

Alonso puso en duda que la iniciativa respete los derechos de los desplazados y que sea "eficaz" para combatir a la inmigración clandestina. El alemán Otto Schily subrayó la necesidad de que los campos "no sean impuestos" a los países norteafricanos, mientras que su colega italiano, Giuseppe Pisanu, puntualizó que podrían incluirse en acuerdos bilaterales o multilaterales.

La propuesta de construir centros en Túnez, Libia y Marruecos fue lanzada por Pisanu y Schily. Italia no esperó a conocer la reacción de sus socios europeos y ha llegado a acuerdos con Libia.