La primera vuelta de las elecciones regionales francesas registró ayer una clara progresión del voto de izquierdas (socialistas, comunistas y ecologistas) que, según los sondeos a pie de urna, obtendría el 40,3% de los sufragios, contra el 33,8% para la mayoría gubernamental de derechas. La extrema derecha refuerza sus posiciones, con un porcentaje del 17,5% de los votos a escala nacional. La extrema izquierda, contrariamente a las previsiones, no progresa y queda reducida al 5%.

El ultraderechista Jean Marie Le Pen fue el primero en denunciar el efecto Zapatero en el resultado de las elecciones, al considerar que "los acontecimientos coyunturales en España inflaron el resultado de la izquierda". La participación fue más elevada de lo previsto y la abstención, que en 1998 fue del 42,5%, pasó al 38,5%. Todo ello fue calificado por el secretario general del Partido Socialista (PS), Fran§ois Hollande, de "alentador" aunque "no definitivo", y recordó que resta por confirmar esta ventaja de la izquierda en la segunda vuelta, prevista para el próximo domingo.

DESCONTENTO A la vista de los resultados, el voto de castigo contra el Gobierno conservador de Jean-Pierre Raffarin se confirma, como lo demuestran los resultados de la candidatura de la socialista Segolene Royale, en Poitou-Charentes, la región del primer ministro. En su intervención, el jefe del Gobierno se felicitó por el aumento de la participación, algo que, en su opinión, "demuestra el interés" de los franceses por su programa de descentralización.

Si se tiene en cuenta que las elecciones regionales francesas se rigen por un sistema proporcional, con una prima del 25% a la lista que llegue en primera posición y la posibilidad de que las listas que superen el 10% se mantengan en la segunda vuelta, los resultados del próximo domingo deberían favorecer también a las listas de izquierda.

Así lo reconoció el alcalde de Toulouse, el derechista Philippe Douste-Blazy, quien hizo un llamamiento a la derecha a unirse de cara a la segunda vuelta de las regionales para "evitar el retorno de los socialistas" el próximo domingo y "defender la acción de reforma del Gobierno" de Raffarin.

La izquierda se mantiene en cabeza en varias regiones emblemáticas francesas, como en la región parisina, Ile de France y en Provenza-Alpes-Costa Azul. El feudo de Raffarin, Poitou-Charentes, podría caer en manos de la izquierda, así como Ródano-Alpes, que se encontraba en manos de la derecha. La lista del socialista Georges Freche también llega a la segunda vuelta en cabeza en Languedoc-Rosellon. Lo mismo ocurre en la región de Aquitania. La mayoría gubernamental conservadora, dividida por culpa del centrista Fran§ois Bayrou, que mantuvo sus propias listas en varias regiones, dispone de pocas reservas de voto, aunque sus dirigentes esperan que, si sigue aumentando la participación, puedan equilibrarse los resultados.

SEGUNDA VUELTA El futuro político del primer ministro dependerá de los resultados de la segunda vuelta y de cuántas regiones queden bajo el control de la derecha de las 15 que controlaba actualmente la mayoría gubernamental, así como de los resultados obtenidos por los 19 miembros del Gobierno que participan personalmente en las elecciones.