El gobierno de Boris Johnson quiere endurecer las reglas para los migrantes que pidan asilo. De acuerdo con el plan presentado el miércoles por la ministra de Interior, Priti Patel, las personas que lleguen al país ilegalmente no tendrán los mismos derechos que las que lo hagan legalmente. Se trata de la mayor reforma en décadas para imponer un sistema de asilo firme, pero justo, ha afirmado Patel. La Cruz Roja ha calificado el proyecto de "inhumano". Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR), malinterpreta la legislación internacional.

“Bajo el ‘Nuevo Plan para Inmigración’, si la gente llega ilegalmente ya no tendrá los mismos derechos que los que lleguen legalmente y será más difícil para ellos que puedan quedarse”, ha señalado la ministra en una declaración en la Cámara de los Comunes. Patel afirmó que hay “grandes bandas criminales organizadas”, que explotan a quienes quieren entrar en el Reino Unido, las mismas bandas que están involucradas en tráfico de armas y de drogas. Las nuevas normas crearán “rutas legales seguras”, ha afirmado. “Beneficiarse de la inmigración ilegal a Gran Bretaña no merecerá correr el riesgo en el futuro. Habrá penas máximas de cadena perpetua para los traficantes”. “No voy a pedir perdón por la firmeza de estas medidas, que además de salvar vidas y dirigirse contra los traficantes, también son incuestionablemente justas”. Patel advirtió que los inmigrantes deben pedir asilo en el primer país de la Unión Europea al que lleguen, en lugar de tratar de llegar al Reino Unido para hacerlo.

Complicará la situación de las víctimas

Abogados de derechos humanos han advertido que los planes son ilegales porque ignoran las obligaciones internacionales del gobierno británico bajo la Convención sobre el Estatuto de Refugiados de la ONU. El responsable de los asuntos de Interior en el Partido Laborista, Nick Thomas-Symond, ha indicado que la reforma “puede hacer la situación aún peor para las víctimas del tráfico de seres humanos, al hacer más difícil el que puedan pedir ayuda” una vez en suelo británico.

El Reino Unido tiene ahora un problema adicional para enviar a los demandantes de asilo de vuelta a otros países, algo que sólo se puede hacer mediante acuerdo. El gobierno de Johnson decidió, como parte del Brexit, abandonar el esquema de la Unión Europea que permitiría el retorno de refugiados a Francia y a otros pises del continente.