¿Alguien se puede creer que España apoye un golpe militar en Guinea y además cuente con la colaboración de la CIA? El dictador Obiang, presidente de la excolonia española, ve conspiraciones por doquier y se inventa un golpe de estado cuya historia hace agua por todas las partes. Así, de paso, justifica la mano dura que desde hace décadas mantiene en el país, encarcelando a todo opositor que intente reclamar elecciones libres. Pero Obiang sigue teniendo una espina clavada en el corazón: Severo Moto, exiliado en España y culpable, según el dictador, de todos sus males. Esto es lo que no perdona a España y de ahí sus descabelladas denuncias.