El presidente saliente de Ucrania, Leonid Kuchma, viajó ayer a Moscú para recibir instrucciones del Kremlin, la víspera del trascendental veredicto del Supremo ucraniano, que puede anular o confirmar hoy los resultados de la segunda ronda de las elecciones presidenciales del pasado domingo, denunciados por la oposición por presunto fraude masivo.

Con la mente puesta en el encuentro de Moscú entre los líderes de Ucrania y Rusia, el presidente de EEUU, George Bush, resaltó que cualquier nueva elección en Ucrania "debe estar libre de toda influencia extranjera". Pese al acuerdo conseguido el miércoles con el líder de la oposición, Viktor Yuschenko, para "completar" las elecciones sin retomar desde el principio el proceso electoral, Kuchma rechazó, durante su reunión con Putin en el aeropuerto gubernamental de Moscú, Vnukovo-2, la repetición de la segunda ronda, como lo quiere Yuschenko. "No habrá una nueva votación de la segunda vuelta. No conozco ningún país donde exista una figura jurídica similar", recalcó Kuchma, rechazando así la principal exigencia de la oposición. Putin también se manifestó "sorprendido" por la idea de repetir la segunda vuelta. "Eso no solucionará nada", dijo. En Kiev, Yuschenko anunció que la fecha para la celebración de una nueva votación podría ser fijada dentro de "cuatro o cinco días como mucho".