El Tribunal de Apelaciones de Suecia dictaminó ayer que Mijailo Mijailovic, el joven sueco de origen serbio que asesinó a puñaladas a la ministra de Exteriores Anna Lindh, se encontraba mentalmente enfermo cuando cometió el crimen, en septiembre del 2003. La sentencia de este tribunal de apelación revoca la pena de prisión a cadena perpetua impuesta por un juzgado de Estocolmo y, en su lugar, condena al asesino confeso a ser ingresado en un hospital para recibir tratamiento psiquiátrico.

Los magistrados basaron su veredicto en el informe del Consejo de la Dirección General de Asuntos Sociales suecos, en el que se considera a Mijailovic, de 25 años, como "demasiado enfermo para estar en la cárcel" y "más necesitado de tratamiento psiquiátrico". El fiscal puede apelar ahora al Supremo, para evitar que Mijailovic quede en libertad dentro de dos años si los médicos consideran que está curado.

El asesino confesó que apuñaló varias veces a Lindh. El abogado defensor Peter Althin explicó al tribunal que su cliente "oyó voces" que le pedían que atacara a la ministra. La fiscalía afirmó, sin poder probarlo, que el asesinato fue premeditado.