El ministro iraquí de Justicia, Maled Dohan al Hasán, salió ayer milagrosamente ileso de un atentado con coche bomba en Bagdad que costó la vida a cinco de sus guardaespaldas. El jordano Abú Musab al Zarqaui, considerado líder de Al Qaeda en Irak y el hombre más buscado por Estados Unidos en el país, se atribuyó el ataque contra quien calificó de "apóstata traidor". Al sur de la capital, otro atentado contra un cuartel de la Guardia Nacional iraquí causó al menos un muerto.

Un suicida hizo explotar un coche al paso del convoy del ministro de Justicia. Cinco de sus guardaespaldas, repartidos en dos vehículos, fallecieron y otras ocho personas resultaron heridas. Hasán salió indemne y acudió a su despacho tras el atentado, que tuvo lugar en el barrio Adel-Jama, en el oeste de Bagdad. Entre las víctimas mortales figura un sobrino del ministro miembro de su servicio de seguridad.

LA LEY DE SEGURIDAD NACIONAL Hasán es uno de los artífices de la nueva ley de seguridad, una de las primeras adoptadas por el Gobierno interino, que da potestad al Ejecutivo para declarar el estado de sitio en todo el país con el fin de combatir a los grupos armados. El primer ministro, Iyad Aluai, eligió a Hasán para anunciar la nueva ley ante la opinión pública, el pasado 7 de julio. El ministro fue también una personalidad clave en las actuaciones que llevaron al expresidente Sadam Husein y a 11 de sus colaboradores a sentarse ante un tribunal, en un proceso que empezó a principios de julio.

Los dirigentes políticos iraquís se han convertido en objetivo reiterado de la violencia de los grupos armados. A mediados de esta semana, el gobernador de Mosul resultó muerto en un ataque contra su convoy. También fue asesinado un alto cargo del Ministerio de Industria.

MAS ATAQUES Pero no sólo la clase política iraquí fue víctima ayer de la violencia. En Mahmudiya, a 30 kilómetros al sur de Bagdad, una persona murió, además del kamikaze, y otras 25 resultaron heridas en el atentado con coche bomba contra el cuartel de la Guardia Nacional, en un momento en que muchos jóvenes estaban allí para inscribirse. Un ataque contra una comisaría en Kirkuk causó otros cinco heridos.

Un religioso suní, componente del Partido Islámico iraquí, también falleció tiroteado en Bagdad, según informó un portavoz de esta formación, representada en el Gobierno interino. La víctima, el jeque Abdel Samad al Adhami, era el hermano de un religioso conocido por su oposición al derrocado régimen de Sadam Husein.

La coalición internacional ocupante continúa también sufriendo ataques. Un militar estadounidense murió al explotar una bomba en la carretera al paso de su convoy, cerca de la ciudad de Baiji, en el norte de Irak. Otro de sus compañeros resultó herido. Según el Pentágono, 656 soldados estadounidenses han muerto en Irak desde que empezó la guerra, en marzo del 2003.

27 MUERTOS Tras un breve receso de la violencia coincidiendo con el traspaso de poderes de la coalición ocupante al Gobierno interino, esta semana ha vuelto a ser sangrienta. El miércoles fue el peor día desde la transferencia de la soberanía, con un total de 27 personas muertas.

También esta semana, fue asesinado un rehén búlgaro y hay en el aire más amenazas de ejecución: la de otro búlgaro y un filipino. En cambio, un camionero egipcio podría ser liberado hoy, según las garantías ofrecidas por sus secuestradores al empresario saudí para el que trabaja.