Más de un centenar de presos perecieron ayer asfixiados y carbonizados y cerca de una treintena sufrieron graves quemaduras en un incendio que se registró en el presidio de San Pedro Sula, en el norte de Honduras. El fuego se inició poco antes del amanecer, cuando los internos aún dormían, en una celda en la que estaban recluidos decenas de mareros , o pandilleros, de la Mara Salvatrucha, la banda juvenil más numerosa y perseguida de Centroamérica. El presidente del país, Ricardo Maduro, interrumpió ayer su gira por Europa.

Según la prensa local, el siniestro tuvo su origen en "la explosión de un motor seguida de un cortocircuito", pero algunos presos jóvenes denunciaron que "el incendio fue provocado como en El Porvenir", otra cárcel en la que hace un año murieron 68 reos, la mayoría pandilleros.

Según el portavoz de la policía, Wilmer Torres, en el incendio murieron al menos 104 encarcelados, otros 26 resultaron con heridas de segundo grado, y 54 salieron prácticamente ilesos de las llamas.