La operación militar israelí en el norte de la franja de Gaza, que empezó hace 10 días, vivió ayer su jornada más sangrienta, con la muerte de nueve palestinos --dos de ellos civiles, según testigos-- en un enfrentamiento entre milicianos de las Brigadas de Mártires de Al Aqsa y de Hamás con un comando israelí en Beit Janún. Como respuesta, la Yihad Islámica hirió de consideración a dos altos mandos militares.

Por una vez, las agendas de la diplomacia y de la violencia coinciden, aunque sea geográficamente. En ambos casos, la franja de Gaza aparece marcada en rojo, aunque por motivos diferentes. Mientras los diplomáticos se ocupan y se preocupan por la evacuación de los asentamientos, en las calles de Gaza resuenan los tanques, los helicópteros y los disparos. Con las nueve muertes de ayer, ya son 17 los palestinos fallecidos desde que empezó la operación militar al norte de la franja para evitar el lanzamiento de cohetes artesanales Qasam.

ARAFAT, IRRITADO No es extraño, pues, que un irritado Yasir Arafat denunciara ayer que "la masacre de Beit Janún sucede cuando ellos hablan de una falsa retirada". En Beit Janún, el Ejército israelí se ha enfrascado en una operación para crear zonas de seguridad que impidan a los Qasam alcanzar la localidad de Sederot después de que estos cohetes se cobraron, por primera vez, dos vidas, la de un adulto y un niño israelís. Para poder crear esta zona de seguridad, las excavadoras destruyen docenas de olivos y campos de cultivo, y dañan infraestructuras básicas tales como tuberías de agua y carreteras.

Iyad Naser, portavoz de la Cruz Roja en Gaza, calificó la situación de "extremadamente grave" y denunció que el Ejército pone trabas a las ambulancias. Además de los dos civiles, en la incursión de ayer murieron siete activistas de las Brigadas y de Hamás. Según uno de los milicianos, los enfrentamientos empezaron cuando un comando de élite israelí interceptó a los activistas.

Horas después, la Yihad Islámica estuvo a punto de propinar un duro golpe al Ejército, ya que atacó a pie de carretera--presumiblemente sin saber su objetivo-- con un misil y una bomba a un todoterreno en el que viajaban dos coroneles: Pinhas Zuaretz, comandante del sur de Gaza, y Yosi Turjemán, el oficial a cargo de aplicar el plan de evacuación. Según fuentes militares, Zuaretz perdió parte de una pierna.

LA HAYA Con Gaza en una situación complicada, el foco del conflicto se traslada hoy a La Haya, donde el Tribunal Internacional de Justicia anunciará su dictamen sobre el muro. El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, anunció ayer la suspensión de todos los contactos con el Cuarteto de Madrid (EEUU, UE, ONU y Rusia) hasta que no condene la barrera. Previamente, el Cuarteto había exigido una reforma inmediata de las fuerzas de seguridad.