La ONU ha decidido cerrar su oficina en Nicosia después del rechazo en el referendo, por parte de la comunidad grecochipriota, del plan de reunificación elaborado por la organización internacional tras varios años de intensas negociaciones. Alvaro de Soto, el enviado del secretario general, Kofi Annan, anunció la pasada madrugada que se dispone a hacer las maletas y marchar del país, lo que constituye un inequívoco mensaje de que no se reabrirán las negociaciones.

"Empezaré la ronda de despedidas esta semana", afirmó De Soto. "Los grecochipriotas ya tendrán tiempo de reflexionar sobre la decisión que han tomado", añadió lacónicamente el enviado de Annan. El cierre de la misión no significa, no obstante, la retirada de los 1.200 cascos azules que controlan la zona de demarcación que separa el norte y el sur de la isla.

A LA DEFENSIVA En medio de un aluvión de críticas internacionales por haber echado a perder una oportunidad histórica, los dirigentes grecochipriotas se pusieron ayer a la defensiva. El presidente, Tassos Papadopoulos, salió al paso de las acusaciones de que había "engañado" a la comunidad internacional e insistió, además, en la idea de que el plan Annan era "desequilibrado".

"Nadie se tomó la negociación más en serio que yo. Lo que pasa es que todo el mundo quiso asegurarse el apoyo de la comunidad turcochipriota y se olvidaron de que también había que convencer a los grecochipriotas", afirmó.

FUTURO INCIERTO La decepción era ayer manifiesta, sobre todo en el norte turcochipriota que, a pesar de que verá recompensado su apoyo al plan con el casi seguro levantamiento de las sanciones económicas internacionales, afronta un futuro muy incierto.