La discusión fue «intensa» y «difícil» pero el Partido Popular Europeo no expulsará finalmente de sus filas al Fidesz, el partido que lidera el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. La asamblea política de la formación cerró un compromiso por 190 votos a favor y 3 en contra para suspender de forma inmediata la pertenencia del Fidesz, a la espera de los resultados del informe que elaborará un comité de sabios formado por el expresidente de la UE Herman van Rompuy, el expresidente austríaco Wolfgang Schüssel, y el expresidente del PPE Hans-Gert Poettering.

Estos tres sabios se encargarán de comprobar si Orbán cumple con las tres condiciones exigidas hace 15días por el jefe de filas del PPE y candidato a presidir la próxima Comisión Europea, Manfred Weber: eliminar la campaña publicitaria contra el jefe del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, no lanzar nuevos ataques en el futuro y garantizar el futuro de la Central European University, la universidad fundada por George Soros -archienemigo de Orbán- en Budapest. Además, el comité evaluará en profundidad el respeto del estado de derecho en Hungría y el cumplimiento de los valores de la formación.

NI REUNIONES NI VOTO

Mientras esté suspendida, la formación de Orbán, que tiene varios expedientes abiertos en la UE por vulneración del estado de derecho, no podrá participar en ninguna reunión del PPE, incluida la cumbre que celebra hoy el partido en Bruselas previa al Consejo Europeo de primavera. Tampoco tendrá derecho a voto en las decisiones del partido ni tendrá derecho a proponer candidatos a cargos en el partido. Pese a sus amagos de los últimos días, Orbán ha anunciado que sigue en el partido y no se marcha.

«Si no hubiéramos llegado a este compromiso hubiera abandonado hoy el PPE. Tenía un texto preparado», anunció el político húngaro durante una rueda de prensa posterior a la reunión de tres horas en la que intervinieron más de 70 representantes y a la que no asistió el líder del PP español, Pablo Casado. El encuentro fue tenso y bronco, con amenaza incluida del presidente del PPE, Joseph Daul, de dejar el cargo si no se llegaba a un compromiso.

LAS ELECCIONES DE MAYO

El primer ministro húngaro alegó que si ha aceptado la decisión final ha sido para mantener la unidad del partido y preservar al PPE como primera fuerza de la Cámara en las próximas elecciones europeas que se celebran entre el 23 y 26 de mayo. «Se ha tomado una buena decisión, podemos organizar una buena campaña, apoyar a (Manfred) Weber como spitzenkandidat (candidato a presidir la próxima Comisión Europea). Ha sido una buena decisión», valoró. Aún así, dejó claro que no cambiará su enfoque político. «No queremos inmigración, queremos proteger los valores cristianos», avisó.

La decisión no resuelve el problema de fondo, aunque ofrece una tregua al partido antes de unas elecciones europeas que se presentan más complicadas que nunca. Orbán tampoco aclaró qué camino seguirá si el informe, que no tiene plazos concretos y no estará listo antes de las elecciones a la Eurocámara para no empañar este proceso, es negativo. «No voy a especular qué va a ocurrir si los tres sabios no pueden llegar a un acuerdo. Qué pasará en el PPE. Nos vamos a centrar en que la campaña sea exitosa y esperamos que cuando regresemos a Bruselas sigamos siendo el partido más importante en Europa», zanjó, insistiendo en que no modificará su postura en materia migratoria.

En este sentido, alabó al líder de la Liga y viceprimer ministro de Italia, Matteo Salvini, porque en su opinón ha demostrado, como él ha conseguido en Hungría, «que la inmigración puede ser detenida. El lo hizo en el mar y nosotros en tierra y de ahí el respeto mutuo», precisó negando que su campaña de publicidad fuera contra Juncker. «Nunca hemos hecho una campaña contra Juncker. Tengo mi opinión sobre él pero lo que hemos hecho en Hungría es una campaña sobre las intenciones de la Comisión Europea», señaló.