La policía británica reforzó anoche la vigilancia en Old Trafford, el estadio del Manchester United, donde el equipo se enfrentaba con el Charlton en partido de liga. La decisión se adoptó para tranquilizar al público, después de que algunos periódicos afirmaran que el campo o algún centro comercial eran objetivo de un ataque terrorista.

Los directivos del United negaron tal extremo, que tampoco fue confirmado por la policía. El lunes, 10 personas norteafricanas y kurdas de origen iraquí fueron detenidas en el norte de Inglaterra, sospechosas de colaborar en actividades terroristas. Siete de los arrestos tuvieron lugar en Manchester. Los sospechosos están siendo interrogados.

La policía registró locales y domicilios, pero no ha dado detalles sobre la operación. Según el diario The Times y el sensacionalista The Sun, los sospechosos habían comprado entradas para el partido del sábado entre el Manchester y el Liverpool, con la idea de llevar a cabo un ataque suicida.