El Partido Republicano del presidente George Bush no sólo conservó sino que aumentó la mayoría de que disfrutaba en las dos cámaras del Congreso estadounidense. Eso facilitará la materialización del programa conservador del mandatario estadounidense en su segundo mandato y el nombramiento de nuevos jueces conservadores para el Tribunal Supremo. "Con una mayoría más amplia, incluso podemos hacer cosas más excitantes", declaró ayer exultante Tom DeLay, el congresista tejano ultraconservador que encabeza la mayoría republicana en la Cámara de Representantes.
En el Senado, los republicanos se aseguraron 54 escaños sobre un total de 100, tres más de los que tenían, y podrían llegar incluso a 55, porque el cómputo de votos en dos de los 34 escaños en disputa aún estaba por completar. "Es un avance monumental que nadie se esperaba y un enorme respaldo para el presidente de EEUU", subrayó ayer Bill Frist, líder de la mayoría republicana en el Senado.
En la Cámara de Representantes, el avance republicano supuso pasar de 228 a 231 escaños sobre un total de 435, mientras que los demócratas quedaron aún más en minoría, al pasar de 206 a 203 escaños, sin contar a un independiente que generalmente les apoya. El mantenimiento del control conservador sobre esta cámara durante otra legislatura totalizará 12 años ininterrumpidos desde que los republicanos recuperaron la mayoría en 1994, algo que no sucedía desde 1933.
DERROTA DE DASCHLE Los golpes más fuertes para la oposición se produjeron en el Senado, sobre todo por la derrota de Tom Daschle, el prestigioso jefe de la minoría demócrata en esta cámara, que perdió la reelección en Dakota del Sur por menos de 5.000 votos. Por si fuera poco, en Florida, el partido de Bush consiguió también un escaño senatorial, cuando el cubano-americano Mel Martínez se impuso por el 49% frente al 48% de votos a su rival demócrata, Betty Castor.
Como consolación, Barack Obama, estrella ascendente de los demócratas, ganó ampliamente en Illinois un escaño en el Senado de EEUU. Con ello, el combativo Obama se convirtió en el tercer negro que entra en la Cámara alta del Congreso, donde la mayoría ampliada de los republicanos reforzará sus posibilidades de confirmar los nombramientos de jueces que pueda hacer Bush para el Tribunal Supremo.
