El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) del canciller alemán, Gerhard Schröder, sufrió ayer un nuevo descalabro electoral, esta vez en el estado del Sarre, en el oeste del país, donde la Unión Cristiano Demócrata (CDU) seguirá gobernando con mayoría absoluta. La CDU consiguió el 47,5% de los votos, mientras que el SPD quedó en un 30,8%, un 14% menos que hace cinco años, cuando este reducto socialdemócrata pasó a ser controlado por la oposición, tras 15 años de Gobierno en solitario del SPD.

El partido de Los Verdes, socio menor de la coalición rojiverde que gobierna Berlín, también pudo cantar victoria al conseguir un 5,6% de los votos, lo que le permite entrar en el Parlamento regional. Los Verdes mantienen de esa manera la tendencia electoral positiva y no han sido castigados por las reformas, como ha sucedido con los socialdemócratas. "El electorado de Los Verdes no se ve afectado por los cambios que impulsa el Gobierno", dijo ayer Steffi Lemke, secretaria general del partido ecopacifista.

PERDIDA DE CONFIANZA También el Partido Liberal (FDP) consiguió saltar al Parlamento, con un 5,2% de los votos. "Es un gran éxito del FDP que se encuentra en un proceso de recuperación y una muestra de que el Gobierno ha perdido la confianza de los electores", dijo el presidente del FDP, Guido Westerwelle.

La llegada de Los Verdes y del FDP a la cámara de Sarre supone un cambio cualitativo, ya que hasta ahora era éste era el único Parlamento de Alemania en el que sólo estaban representados la CDU y el SPD.

Los observadores resaltaron también el peligroso respaldo obtenido por el ultraderechista Partido Nacional Alemán (NPD), que consigue un 4,1% de los votos. Los mismos expertos afirman que en las próximas elecciones, en el este del país, esta formación podría alcanzar más de un 5% de los votos.

El ministro presidente de Sarre y vencedor de la jornada electoral de ayer, el cristianodemócrata Peter Müller, afirmó que la culpa de la espectacular subida electoral del NPD "la tiene Oskar Lafontaine".

Müller agregó que "cuando alguien como Lafontaine agita el populismo en contra de las reformas sociales y laborales, no se puede sorprender de que termine favoreciendo a los ultraderechistas", dijo.

El líder y candidato de los socialdemócratas de Sarre, Heiko Maas, además de reconocer la debacle de ayer, también culpó a Lafontaine de la derrota. Lafontaine "tiene que definir si desea trabajar en el interior o fuera del SPD", afirmó. Maas criticó también el empeño del expresidente del SPD y exjefe del Gobierno de Sarre para formar un nuevo partido de izquierdas. "Es una amenaza contra el SPD", resaltó.

La participación electoral fue un 10% más baja que hace cuatro años, con el 55,5% de los votantes, en los primeros comicios tras las protestas contra las reformas sociales y del mercado laboral en Alemania.