El nuevo presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, que ha tomado posesión de su cargo este domingo, ha calificado de histórico y sin precedentes el traspaso de poder "democrático y pacífico" entre su predecesor, Adli Mansur, y él mismo. En una breve alocución en el palacio presidencial de Itihadiya, Al Sisi ha destacado que nunca antes se había firmado en Egipto un documento en el que un presidente transfiere el poder al otro.

"Tengo la intención de abrir una etapa de construcción para que el país se levante interna y externamente", ha dicho Al Sisi, antes de apuntar que trabajará para que Egipto "recupere su papel de liderazgo regional e internacional para compensar lo que hemos perdido y corregir lo que hemos errado".

El nuevo mandatario se impuso en las pasadas elecciones presidenciales celebradas en mayo con un aplastante 97% de los votos, en unos comicios en los que se enfrentó a un solo rival, el izquierdista Hamdin Sabahi.

Libertad lejos del caos

Aunque apenas ha hecho alusión a los desafíos de seguridad que afronta el país, Al Sisi ha señalado que Egipto es "el faro del islam moderado y rechaza la violencia y el terrorismo". En su discurso, también ha abogado por avanzar hacia una nueva realidad "que permita oportunidades para la libertad", en un contexto "responsable y lejos del caos".

El nuevo mandatario también ha elogiado la labor de su predecesor, Adli Mansur, a quien ha calificado de "presidente digno, paciente y sabio".

También ha expresado su agradecimiento a los países árabes "que han confirmado que ser amigo y hermano se consigue con los hechos y no solo con palabras", y especialmente al rey saudí, Abdalá bin Abdelaziz, que ha convocado una conferencia de donantes en su país para socorrer económicamente a Egipto.