Los movimientos antirracistas se han vuelto a movilizar este sábado en Francia y el Reino Unidos. Decenas de miles de personas se han reunidos en diferentes concentraciones, las más numerosas en París y en Londres. A primera hora de esta tarde, en la capital francesa, había unas 20.000 personas, según informa desde París Eva Cantón. A la concentración francesa han acudido también miembros de los 'chalecos amarillos'.

En Londres, por su lado, se mantiene un gran despliegue de seguridad para evitar enfrentamientos entres los grupos antirracistas y nacionalistas británicos de extrema derecha. Se han producidos forcejeos entre las fuerzas se seguridad y varios manifestantes en una zona próxima al Parlamento. Algunos manifestantes han lanzado botellas y han empujado a agentes cerca del puente de Westminster, mientras que ha habido tensión entre ambas partes en la plaza de Trafalgar, centro de Londres, en el segundo fin de semana de protestas en el país.

Además de Londres, hay otras ciudades con movilizaciones como Belfast, en Irlanda del Norte, y Brighton, sur de Inglaterra, aunque hasta el momento no hay incidentes vandálicos como la semana pasada.

Pintar estatuas

La ministra británica de Interior, Priti Patel, ha criticado el "vandalismo inaceptable" de los manifestantes con motivo de los forcejeos de este sábado en Londres. "Cualquiera que perpetre violencia o vandalismo debe esperar la total fuerza de la ley. La violencia contra nuestros policías no será aceptada. El coronavirus sigue siendo una amenaza para todos. Marchaos a casa para frenar la propagación del virus y salvar vidas", ha escrito Patel en su cuenta de Twitter.

La policía ha impuesto restricciones en Londres a fin de evitar incidentes e impedir que los manifestantes pinten estatuas. El pasado fin de semana, la estatua del exprimer ministro Winston Churchill apareció con pintadas, lo que obligó al Gobierno a protegerla y cubrirla en su totalidad para evitar destrozos.

Algunos miembros del grupo de extrema derecha 'Britain Firs't han acudido hoy a la plaza del Parlamento para, según afirmó a los medios su líder, Paul Golding, cuidar de los monumentos.

Las fuerzas del orden han pedido a los manifestantes que no se sumen a las protestas ante el riesgo de propagar el coronavirus, ya que resulta muy difícil mantener la distancia social.