Una semana después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, presentara su plan de paz para Oriente Próximo en la Casa Blanca, de la mano del primer ministro israelí en funciones, Binyamin Netanyahu, la Unión Europea ha reaccionado en bloque públicamente y ha rechazado la propuesta, que viola el derecho internacional y contradice la visión europea sobre la solución de dos Estados.

El plan de Trump, que él mismo bautizó como el "acuerdo del siglo", sienta las bases para la anexión israelí de las colonias judías en Cisjordania, empezando por los agrícolas de la fértil zona palestina ocupada del Valle del Jordán, reafirma la soberanía israelí sobre Jerusalén y obliga a los palestinos a desarmarse y renunciar al retorno de los refugiados para obtener algo similar a un mini-Estado.

"En línea con el derecho internacional y las resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad de la ONU, la UE no reconoce la soberanía de Israel sobre los territorios ocupados desde 1967", ha afirmado este martes el alto representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, en un comunicado.

SOLUCIÓN DE DOS ESTADOS

Los socios europeos están comprometidos, desde que empezó el proceso de paz hace casi 30 años, con una solución de dos estados, uno israelí y otro palestino, basados en las fronteras de antes de la Guerra de los Seis Días, en junio de 1967, cuando Israel ocupó los territorios palestinos, una parte de los Altos del Golán sirios y la península egipcia del Sinaí.

El Estado palestino tendría su capital en la parte este de Jerusalén, algo que el plan de Trump omite completamente, ya que reconoce que Jerusalén es la capital indivisible de Israel. Los palestinos tendrían que conformarse con unos barrios de las afueras para instalar allí su capital.

Una posible anexión por parte de Israel de zonas de los territorios palestinos ocupados "no podría pasar sin respuesta", según ha afirmado Borrell en respuesta a las promesas de Netanyahu de extender la soberanía israelí sobre los asentamientos des Cisjordania antes de que el próximo 2 de marzo se celebren las terceras elecciones legislativas en menos de un año en Israel. No obstante, el primer ministro israelí ha indicado hoy que el gobierno no se pronunciará sobre el tema antes de los comicios.

RELANZAR ESFUERZOS

Hasta ahora, la UE se había mantenido prácticamente en silencio respecto al plan, limitándose a señalar que "estudiarían la propuesta", aunque Borrell había dicho que se trataba de "una ocasión para relanzar los urgentes esfuerzos necesarios para una solución negociada y viable" al conflicto entre palestinos e israelís.

El plan fue rechazado frontalmente por los palestinos, que ya habían anunciado que no lo aceptarían, tras ver durante casi dos años cómo Trump reconocía Jerusalén como capital de Israel y los Altos del Golán sirios como territorio israelí, trasladaba la Embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén, arremetía contra la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina (UNRWA) y retiraba ayudas económicas a los palestinos.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, cargó contra el plan, al que definió como la bofetada del siglo, mientras la ONU y la Unión Europea habían guardado silencio hasta ahora y los países integrantes de la Liga Árabe lo habían rechazado, aunque algunos, a título individual, lo han definido como "una oportunidad" o le han dado apoyo abiertamente.

RECHAZOS Y APOYOS ÁRABES

Entre los que no lo han rechazado de forma contundente se encuentra Egipto, aliado y receptor de grandes ayudas económicas de Washington y que ha ejercido de mediador indirecto entre el grupo palestino islamista Hamás, que controla Gaza, e Israel. También ha visto el plan con buenos ojos el gran amigo de EEUU en el Golfo Pérsico, Arabia Saudí.

En cambio, Jordania es totalmente contrario a la propuesta de Trump y así se lo manifestó el domingo pasado a Borrell en una visita al país árabe, uno de los dos, junto a Egipto, que ha firmado la paz con Israel.

Los israelís se han apresurado a menospreciar las palabras de Borrell, al que se consideraba más favorable a Israel que su antecesora en el cargo, la italiana Federica Mogherini.

REPRIMENDA ISRAELÍ

El portavoz del ministerio de Exteriores israelí, Lior Haiat, ha afirmado hoy en un comunicado emitido en Twitter que "seguir estas políticas y conductas es la mejor manera de asegurarse de que el papel de la UE en cualquier proceso (de paz) quedará minimizado".

"El hecho de que el alto representante de la UE, Josep Borrell, escoja utilizar un lenguaje amenazante contra Israel tan poco después de haber asumido su cargo y solo horas después de sus reuniones con Irán es lamentable y, como mínimo, extraño", ha añadido Haiat.

Borrell ha añadido en su comunicado que para "construir una paz justa y duradera, los asuntos sobre el estatus final no resueltos (fronteras, Jerusalén, refugiados) deben decidirse a través de negociaciones directas entre las partes", a las que pide que no tomen medidas unilaterales que violen el derecho internacional.

"La UE está plenamente comprometida con la asociación transatlántica y los valores y esfuerzos para ayudar a encontrar una solución pacífica al conflicto palestino-israelí", ha recordado Borrell, y ha reiterado el compromiso de la Unión de negociar "una solución de dos Estados basada en las fronteras de 1967".

El alto representante ha subrayado que esa solución debe incluir "intercambios equivalentes de tierras" según acuerden las partes, con el Estado de Israel conviviendo "en paz, soberanía y reconocimiento mutuo" con un Estado de Palestina "independiente, democrático, contiguo, soberano y viable". "La UE se implicará con ambas partes, con actores en la región y con todos los socios internacionales" para lograrlo, ha concluido Borrell.