El marroquí Munir al Motasadeq, de 32 años, preso en Hamburgo, es el único condenado en el mundo por los atentados del 11 de septiembre del 2001. Debe cumplir una pena de 15 años de cárcel y no debería salir de la prisión hasta el último día de la condena.

Hace un año, el mismo tribunal que ha absuelto a Mzudi consideró probado que Al Motasadeq fue el lugarteniente de la célula de Al Qaeda que desde Hamburgo ayudó a preparar los atentados. Y que manejaba una cuenta bancaria que se utilizó para pagar los cursillos de pilotos de los suicidas en Estados Unidos. Otro de los acusados, el francés Zacarias Moussaoui, se encuentra todavía a la espera de juicio en EEUU.