Con un "demos tiempo al tiempo" ventiló ayer José Luis Rodríguez Zapatero cuantas preguntas se le lanzaron sobre Cuba. El presidente del Gobierno español insistió en la necesidad de que el régimen de Fidel Castro aplique "cambios necesarios" para avanzar hacia la democratización, pero no empleó el tono duro que usó 48 horas antes en Madrid al declarar a la agencia Efe que exi- gía "cambios rápidos y profundos".

En el marco de la 14 Cumbre Iberoamericana que se celebra en Costa Rica, Zapatero habló de los pasos que España está dando en la Unión Europea para eliminar prácticas diplomáticas que molestan al Gobierno cubano. El presidente español pidió "tiempo" para "ver qué pasa".

El cambio de tono se produjo 24 horas después de que el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, mantuviera una "difícil" reunión con su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, que se desarrolló en un clima de tensión por las exigencias de democratización de Zapatero. Ayer, el presidente no dejó de repetir que Cuba "debe hacer cambios", pero no pronunció las palabras "democratización" ni "disidencia".

ACUERDOS La Cumbre Iberoamericana concluyó ayer con más acuerdos de los que presagiaba su inicio, en el que la ausencia de hasta siete jefes de Estado y de Gobierno convirtió la cita en la más devaluada de la historia. Sin embargo, ni el canje de las deudas exteriores por programas de educación, ni la intervención en Haití, ni la aprobación de la Secretaría General Iberoamericana, ni la asunción por los 21 de la alianza de civilizaciones que propuso Zapatero fueron la noticia del día. Un terremoto de 6,1 en la escala de Richter centró la atención de la jornada.

Ocurrió en la madrugada de ayer y sacudió a los adormilados jefes de Estado y de Gobierno casi tanto como a la nutrida representación de informadores de todo el mundo. El epicentro fue ubicado a tan sólo 100 kilómetros de San José, pero apenas causó daños materiales en la capital. El rey Juan Carlos lo vivió de un modo peculiar: "Creí que pasaba un tren cerca de una estación", declaró entre risas a la mañana siguiente.

RIFIRRAFE CON RAJOY Sobre la devaluación de la cumbre, Zapatero pidió "respeto" para los delegados de los 21 países que viajaron a Costa Rica y que representan a 500 millones de ciudadanos. Respecto a las acusaciones de Mariano Rajoy en el sentido de que las ausencias revelan la "incapacidad" de Zapatero en política exterior, el presidente no entró al trapo: "Entiendo esas declaraciones como que no han existido", zanjó.

Fuentes del Gobierno reprocharon después al líder del PP que dijera que no acudió "ni el tato", cuando además de los delegados estaban en Costa Rica los Reyes de España.