Este periodista jacetano se fue a Canadá por amor y allí se ha convertido en un baluarte de la cultura hispana. En su intensa primavera sigue publicando 'Historias de Montreal' y otras que tienen que ver con su Jaca natal.

-20 años no es nada...Pero, entonces, nos unían las páginas de un periodico... ¡y ahora nos separa un océano!

-Nos separa el océano pero la memoria cada vez estrecha más ese espacio. En aquellos años del suplemento Panorama de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, viajaba por el Pirineo buscando historias. Era un periodismo ligero pero sentía que dábamos la oportunidad a muchos montañeses de reivindicar su espacio. En este paisaje urbano de ahora recuerdo esos años y, sobre todo, el Pirineo.

-Tiene nuevo proyecto en las manos: ‘Historias de Montreal’.

-Hemos reunido a 25 escritores hispanoamericanos que viven en Canadá. Cada uno ha escrito un cuento en el que Montreal es el protagonista. El libro se presenta en mayo en Blue Metropolis, el festival de literatura más importante de Canadá. Es un proyecto muy interesante porque estamos ayudando a que el español forme parte también de la identidad canadiense. Canadá es uno de los países más multiculturales del mundo y el español está ganando en visibilidad.

-Este proyecto sigue la estela de ‘Historias de Toronto’, del 2016.

-Aquí hubo una conjunción perfecta. En la editorial Pirineum de Jaca, ya habíamos publicado a finales de los 90 una serie con el mismo formato: Historias de contrabando, Historias de maquis… Al llegar a Toronto conocí a un escritor peruano-canadiense, José Antonio Villalobos, que trabajaba en la creación de Imagina, una comunidad de escritores hispanoamericanos. A ese proyecto, se sumó la escritora mexicano-canadiense Martha Bátiz. Juntos empezamos a trabajar en Historias de Toronto, que, en cierta forma, es heredero de aquellas historias pirenaicas. El libro está agotado, se va a reeditar y el año que viene se publicará en inglés.

-A estos proyectos sumó hace poco otra presentación ‘a distancia’ en Jaca.

-Pedro Pérez, de la librería General de Jaca, es un librero atípico; en plena crisis del sector publica hace 19 años un librito de temas locales que regala por San Jorge. Este año me propuso escribir una crónica de la Transición en Jaca, periodo en el que se nos conocía en toda España porque salíamos en televisión: Mundiales de patinaje, Festivales Folklóricos… Una Jaca de grandes fastos que proyectaba una imagen irreal. Eso es lo que he intentado contar: cómo era la Jaca que no salía en televisión. Presentamos el libro a través de un plasma pero, a diferencia de Rajoy, yo sí admití preguntas.

-¿Qué hace un jacetano en Canadá?

-Me trajo el amor. Mi pareja es canadiense y tenemos un hijo de casi 13 años que nació en Jaca. ¡Y aquí seguimos!

-La red es esencial en su trabajo.

-Absolutamente. Desde 2013 dirijo una agencia de noticias, PanamericanWorld, que genera contenidos para América Latina y el Caribe. Trabajo con un equipo que está en Cuba, Colombia, México, Venezuela, Argentina… Es una redacción virtual. El proyecto editorial del que hablaba es posible gracias a Skype. Y Mónica Ballarín y yo, que éramos socios en Pirenarium, estamos trabajando en otro libro, que saldrá en julio. Y lo hacemos como si siguiéramos en la misma oficina de Jaca, pero a 8.000 kilómetros.