Un epígrafe se le queda corto. Este actor aragonés es productor, director teatral, cantante ‘De carne y hueso’... Y hasta psiquiatra. Acaba de estrenar en el «templo» del Español de Madrid ‘Con lo bien que estábamos (Ferretería Esteban)’, de Nueve de Nueve Teatro. Una obra que cobra ahora más sentido que nunca.

--Leí que este viernes, en el estreno de ‘Con lo bien que estábamos’, iban a salir al teatro Español como «gladiadores»

--(risas). Como gladiadores, porque salimos a matar o a morir, con fervor. Sabiendo el momento histórico que vivimos y que no nos íbamos a guardar nada. Para cualquier compañía, el Español es un referente. Es el teatro más antiguo de Europa y solo entran ocho compañías al año. No hay un mayor templo para el teatro que este, ha costado llegar hasta aquí... ¡Y vamos a estar un mes!

--Ha tenido que ser emocionante volver a pisar un escenario.

--¡Absolutamente! El teatro estaba cerrado desde hacía seis meses. En una ciudad como Madrid... ¡Imagínate! Curiosamente, esta obra va de la necesidad del arte. La función se resignifica en los tiempos actuales, porque nos hemos dado cuenta de que es necesario el arte. Además, en el estreno, vimos la simpatía y la complicidad del público madrileño con Aragón. ¡Los personajes tienen acento aragonés! Y fue emocionante ver cómo estaba el estreno, ver a la gente que vino... Verlos de pie. ¡Ver a Pepe Sacristán de pie gritando «bravo»! Creo de verdad que, para mí, fue el día más importante de mi carrera. Lo digo de verdad.

--Esta obra se estrenó ya en el Principal de Zaragoza, en su casa, hace dos años. ¿Ha evolucionado en este tiempo?

--A nosotros nos gusta estrenar en Zaragoza porque, aunque estemos en Madrid, nuestra compañía es aragonesa y tributamos en Aragón. Y es verdad que nosotros no somos los mismos que hace dos años y el público, tampoco. Ahora me parece que el título, Con lo bien que estábamos, es absoltamente premonitorio. No habla de pandemia pero sí de un parón en seco de la vida de dos ferreteros que, en su caso, se produce a través de una obra de teatro. La vida es eso: adaptarse o morir.

Aquí estrenó también, justo antes de la pandemia, su última obra: La tuerta. ¿Girará con ella?

Es la última producción de Nueve de Nueve Teatro. Ahora la tenemos en stand by y la haremos a partir del año que viene. Eso es lo bueno del teatro, que no caduca. Y creemos que puede llegar a un circuito internacional. Lo importante es no estar quietos... ¡Y tener los huevos en muchas cestas!

--Hablemos de Nueve de Nueve teatro, un proyecto muy especial.

--Es que es un lugar familiar de desarrollo artístico. Nueve de Nueve somos Carmen Barrantes, Laura Gómez-Lacueva y yo. Los tres somos actores y, muchas veces, el dinero que ganamos en otras cosas lo revertimos en nuestra compañía. Así hacemos el teatro que queremos.

--Carmen Barrantes con la que hace mano a mano ‘Con lo bien que estábamos’. Ya estaban juntos en aquel’ Cabaré de caricia y puntapié’ que tuvo un premio Max en 2010. ¡Son muchos años!

--En la obra, aunque ella hace de Marigel y yo de Esteban, veo a Carmen en la veta de sus ojos. Hay algo, una complicidad inexplicable que tienen las personas, los amigos y los amores, que traspasa al público.

--Todos los actores son muchos personajes... Usted es, además, ¡psiquiatra!

--Para mí la vida es un camino. Y no está predestinada. Mira Labordeta: hizo muchas cosas bien y encima era una persona querida. Ahora, mis obligaciones como productor ya no me dejan tiempo para ejercer la psiquiatría, pero sigo con el psicoanálisis. Me apasiona.

--Y, ¿qué fue antes, la medicina o el teatro?

--Cuando el cuerpo está vibrante de deseo es que te viene de antiguo. Y el mío vibra en un escenario. Yo hice teatro en Ontinar. Y en el colegio, en Corazonistas. Ahí me mordió la bicha y ya no hubo manera de dejarlo. Qué importante será el día en el que se aprenda teatro como una asignatura.

--Habla de Ontinar, el pueblo de sus amores.

--Ontinar es el sitio donde uno va a recargar la batería. Y el lugar de mi familia.

--Pero también tiene algo con Argentina. O eso me parece cuando le escucho cantar...

¡Y con las chacareras! (risas) Es un sonido que me resulta extrañamente familiar. Como si, en otra vida, hubiera sido argentino.

--Hablando de música. ¿Cómo va su grupo, De Carne y Hueso?

Estamos grabando ‘El oficio del mar’, el segundo disco de Carne y Hueso. Son temas nuestros, colabora gente como Ara Malikian y Pepe Rivero, un pianista cubano estupendo... Y espero el año que viene vayamos a Zaragoza, que sigue siendo para mí el primer lugar para presentar todo. Si en casa te dan la bendición, ya está.

--¿Cuál es su próximo plan?

--He estado rodando para la serie Veneno, de Los Javis. En un personaje muy bonito, pero no puedo hacer spoiler. Tengo otro proyecto de serie. Y empiezo ‘El salto de Darwin’, que escribe Sergio Blanco, dirigida por Natalia Meléndez.

--...Y plantarse esta noche el teatro. Tienen ‘ferretería’ para rato.

--Así que, quien venga a Madrid, que venga a vernos. Vamos a cumplir uno de nuestros deseos: que el público se lleve del teatro alguna pregunta que no había previsto.