El diseño visual, imaginar y crear ideas originales, ya le había enganchado cuando acabó Ingeniería Informática. Ahí sigue. El pasado año trabajó a distancia desde Zaragoza para Google, Apple, Nike, Honda o Facebook.

—Iba para ingeniero informático. ¿Algo se torció o fue casualidad?

—Terminé la carrera, estuve haciendo el proyecto final y luego me fui a Telefónica I+D con una beca, a un departamento que mezclaba el diseño con la programación. Ahí fue donde me entró el gusanillo del diseño.

—¿Un flechazo?

—Bueno. Ya me había picado antes la curiosidad y había empezado a hacer mis cosas. Después decidí estudiar un máster en Barcelona de dirección de Arte y Comunicación. Ya me había dado cuenta de que la programación no era lo mío.

—¿Pero empezó como un hobby?

—Sí, como una afición. Me llamó la atención el mundo de los motion graphics. Una vez que tú diseñas algo, ver cómo lo pones en movimiento, cómo queda en pantalla… En definitiva, cómo cobra vida.

—¿Cómo llegó a Nueva York?

—Me monté un portfolio y mandé todo lo que tenía a diferentes estudios en el extranjero. Una de las grandes productoras de publicidad de Estados Unidos, 1st Ave Machine, se fijó en mi perfil y me ofrecieron unas prácticas allí.

—¿De becario?

—Sí. No fue fácil porque el coste de vida en Nueva York es muy alto, aunque enseguida se dieron cuenta de que mi perfil era avanzado y me ofrecieron incorporarme a su plantilla. Fue un paso definitivo. Me dio mucho ánimo sentirme valorado por semejante empresa. Me ofrecieron un puesto fijo y estuve dos años y medio con ellos. En el 2014 comencé a trabajar como freelance y a especializarme en 3D, aproveché para hacer contactos y me vine a España a aclararme las ideas, a probar si funcionaba el trabajo a distancia.

—¿Y?

—Y aquí sigo. Trabajo a distancia para esa empresa y para muchas otras.

—¿Qué le piden?

—Depende de cuál sea la estructura que hay detrás. A mí normalmente me contratan estudios, productoras o agencias de publicidad estadounidenses. Detrás de esas personas hay normalmente una agencia o está directamente el cliente. Cuando a un estudio le entra un proyecto, tiene que formar un equipo para desarrollarlo. Ahí entro yo, en ese grupo donde puede haber seis personas o sesenta.

—¿Cómo lo dividen?

—Normalmente me contratan para desarrollar la dirección de arte y establecer las pautas de diseño a seguir. En la mayoría de los proyectos todo está previamente organizado y dividido en diferentes tareas. Te pasan un concepto y tienes que desarrollar diferentes propuestas visuales.

—¿Tiene alguna parcela especial?

—Como director de arte y diseñador 3D, trabajo junto al director creativo y desarrollo las directrices visuales. Es decir, el estilo, el color, la luz, la composición… A partir de ahí empiezas a crear diseños. Los encargos son variados, trabajo en proyectos de todo tipo, desde crear ilustraciones para prensa hasta anuncios de publicidad o títulos de crédito para una película.