Nacido en Calamocha, este doctor en Ciencias Biológicas y en Farmacia, y actual profesor en la Universidad Cardenal Herrera, ha ingresado en la Academia de Farmacia Reino de Aragón con un discurso sobre la miel.

—¿Qué papel ha jugado la miel a lo largo de la historia de España?

—A lo largo de la historia de la Humanidad, la miel ha jugado un papel decisivo, porque es el producto endulzante por antonomasia tanto en la cocina como en la farmacia, en donde desde las primeras culturas, sobre todo en Oriente, se ha tratado de hacer los medicamentos agradables al paladar. Y hasta que aparece el azúcar es el endulzante por excelencia.

—¿Y en Aragón?

—Hay una gran riqueza y muy buenas clases de mieles porque disponemos de una flora muy variada. Las mieles españolas son muy famosas, y Aragón empieza ahora a reconocer el valor que tienen las suyas. Hay registros pictóricos de 10.000 años antes de Cristo de lo que se llamaba la caza de la miel. Hay constadadas aproximadamente 500 imágenes pictóricas en el arte rupestre levantino español. En concreto, en la provincia de Teruel hay unas escenas muy bonitas que permiten observar la explotación antigua de la miel en nuestra tierra, ya que en la caza de nidos de abejas silvestres se asumían grandes riesgos, tanto por las picaduras como por ascender y descender por las lianas.

—Los atletas griegos la tomaban como fuente anergética, para vigorizar el cuerpo y estimular la inteligencia. ¿Tiene de verdad todas esas propiedades?

—La miel y los productos de la colmena (cera, propóleo, jalea real y polen) tienen muchísimas propiedades médicas, algunas todavía por desarrollar. Hay publicaciones científicas actuales que recogen su poder curativo y antiséptico, por ejemplo, sobre heridas en equinos. También tiene propiedades antiinflamatorias; es vigorizante en el sentido de que es un alimento muy energético usado como recuperante en convalecencias y decaimientos; también es laxante. Pero de ahí a estimular la inteligencia, no.

—¿Es la miel una alternativa a la medicina?

—Estamos muy obsesionados con la farmacia química, que es un potencial terapéutico indiscutible y muy eficaz, pero no hay que desdeñar medicinas alternativas naturales. Confío plenamente en la farmacia tradicional, en el medicamento, pero no debe ser excluyente. Yo planteo conciliar ambos.

—¿Azúcar o miel en la alimentación?

—Personalmente, tomo miel. El azúcar me parece mucho más astringente.

—La miel que compramos en los híper, ¿es saludable?

—En España tenemos las mejores zonas florísticas de prácticamente toda Europa. Y sin embargo estamos importando de otros continentes miel de muy inferior calidad, cuando la española no es tan cara dada su calidad. Yo invito a que nos hagamos sibaritas de la miel, como lo somos del vino o del pan, y que degustemos los extraordinarios aromas de las variantes monoflorales.

—¿Por qué incide en la monofloral?

—Porque los apicultores saben cuándo hay un tipo de floración para obtener miel de romero, tomillo, espliego, salvia, bosque o castaño, con sus colores, sabores y aromas.