Junto a Beatriz Boudet ha abierto 'Resonando en ti', un centro de musicoterapia donde estas dos profesoras y pianistas trabajan con personas de todo tipo con el único objetivo de mejorar su calidad de vida.

—¿Qué es la musicoterapia?

—Es el uso de la música y sus elementos fundamentales -sonido, ritmo, melodía y armonía- que hace un musicoterapeuta profesional con un paciente para facilitar y promover la comunicación, el aprendizaje, la movilización o la expresión. El fin es lograr cambios y satisfacer necesidades físicas, emocionales, mentales o cognitivas. Hay una definición que me gusta mucho de Luis Alberto Mateos: «Es el resultado de la unión del amor a las personas con el amor que se siente hacia la música». Hoy en día la musicoterapia es una gran desconocida, pero incide en todas las áreas del individuo: en la cognitiva, en la socioafectiva, en la del lenguaje, en la fisicomotriz... Es muy potente.

—¿Cómo se les ocurrió montar ‘Resonando en ti’, el local que han abierto en los porches del Audiorama?

—Somos profesoras de música del conservatorio, las dos pianistas, y musicoterapeutas tituladas y acreditadas por la Asociación Nacional de Musicoterapeutas de España. Nos conocimos en unas jornadas hace unos años y pronto nos pusimos a trabajar en varios proyectos antes de abrir este centro con el que estamos tan ilusionadas.

—¿Qué respuestas encuentran?

—Las familias que traen a sus hijos con diversidad funcional encuentran en la música un medio de comunicación muy inmediato. Al ser un lenguaje no verbal, un lenguaje de emociones, procura a estos niños diferentes habilidades. Es el ritmo, que está muy asociado con las áreas del cerebro que mueven a la persona.

—¿Lo hacen todo a través del piano?

—No. Utilizamos todo tipo de instrumentos. De pequeña percusión, de cuerda, la voz... Intentamos que sea música en vivo adaptada al individuo, a su momento, a su estado anímico.

—¿Cuál es el proceso para una persona que llega a pedirles ayuda?

—Tras una pequeña evaluación para conocer el problema, trabajamos la motivación, la alegría, la recompensa, el placer. Está probado científicamente que la música incide positivamente en el cerebro.

—¿Qué medios utilizan?

—Se puede hacer ejecución instrumental, por ejemplo, porque no hace falta ningún tipo de conocimiento musical. Se trata simplemente de vivir una experiencia a través del sonido. Hay personas que se encuentran emocionalmente mal que utilizan un instrumento de percusión para descargar; hay niños con los que usamos el sonido del palo de lluvia; otros con los que trabajamos a través de la vibración...

—¿Se dirigen a alguien en especial?

—Ofrecemos la pedagogía musical para niños y adultos, indistintamente. Ahora iniciamos el taller Activa tu memoria, pero también hacemos actividades para familias y para bebés. Ayer mismo entró una familia con una niña de 3 años con autismo que estaban desesperados. Precisamente el autismo es uno de los trastornos donde más resultados se obtienen porque consigues que esas personas que no tienen lenguaje verbal se comuniquen a través de un instrumento. Logras interacción, que es tan importante.