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Coordinador de deportes de Aragón TV, presenta el programa 'Penalti y expulsión'. Unido al fútbol desde pequeño y zaragocista confeso, es licenciado en Periodismo y dio sus primeros pasos en el diario Equipo.

—’Penalti y expulsión’ no es un programa de televisión al uso. Tiene seguidores muy fieles, pero también muy forofos. ¿Es una audiencia especial?

—Cuando nació el programa teníamos el espejo de lo que estaban haciendo Punto Pelota y Futboleros. Entonces pensamos que si a esa gente le funcionaba el formato enfrentando a Barça y Madrid, aquí podíamos apostar por un programa nocturno dirigido al público de fútbol. Sobre todo al del Zaragoza, el Huesca entonces no estaba tan arriba. Creímos que había que hacer una tertulia de análisis pero sobre todo entretenida.

—¿No les gustan las rencillas de otros programas?

—No. Entre otras cosas porque todos los equipos de los que hablamos son nuestros equipos. Si se da un pique sano entre el Zaragoza y el Huesca, adelante. Pero lo que buscamos es una tertulia amena con muchos argumentos. Queremos riqueza pero no fricción.

—¿La gente le exige al presentador que muestre sus colores?

—No me siento obligado, pero quien me conoce sabe que soy del Zaragoza. Esconderlo no tendría sentido.

—¿Cuánto influyen las redes sociales?

—Las redes me parecen muy positivas, aunque si las queremos entender como canal de información, nos estamos equivocando. Una cosa es que Twitter sea como la barra de bar donde dar opiniones y otra las faltas de respeto.

—¿Las ha tenido?

—Para mí fue un momento muy difícil la etapa de Qadeer Sheikh. Yo le pregunté si tenía pasaporte y si su situación económica estaba en regla y eso no le pareció bien a una parte de la afición que estaba muy ilusionada con su llegada. Entonces tuve algún momento complicado de acoso, de amenazas. Pero, en general, la gente es tremendamente cariñosa.

—¿Hay que tener mucha mano izquierda entre Zaragoza y Huesca?

—En broma yo digo que parece que hay personas que están con el cronómetro a ver cuánto se habla de uno y de otro. No somos ajenos a lo que representa el Zaragoza en Aragón, pero ahora, por una cuestión deportiva, ha perdido el paso y ha coincidido con el mejor momento histórico del Huesca. Lo repartimos intentando ser justos, que no siempre tiene que ser el 50%. Depende de qué equipo juega ese día, o mañana, o ayer… Desde la pasada temporada, además, en Huesca entienden que ATV es su televisión.

—¿Este año sí?

—Tenemos la experiencia de muchos años y ha habido un cambio en la ruta deportiva, sobre todo en que la gente está tremendamente ilusionada. Hubo un momento en que la ciudad hizo clic y ahora enorgullece ver tantas camisetas por Zaragoza, tanta gente joven, incluso tanto público femenino. Ha cambiado un poco la fotografía. Antes era un hombre con puro y ahora es un padre con un niño.