Agustín Sanmiguel preside el Centro de Estudios Bilbilitanos desde hace 17 años, aunque lleva un cuarto de siglo vinculado a esta institución, la cual, a su vez, celebra el próximo 11 de noviembre sus cincuenta años. Menuda algarabía de números. ¿Qué tal lleva su edad la institución?

--Bien, el hecho mismo de cumplir cincuenta años ya es buena señal, lo malo sería que no los hubiera cumplido. Medio siglo da para mucho, es una historia larga y por lo tanto con altibajos, como es lógico en cualquier institución. Pero de momento ha funcionado sin interrupciones y las previsiones le vaticinan muchos años más.

--¿Cuál ha sido su "fórmula" para conservarse tan bien?

--Yo creo que uno de los ejes fundamentales son los Encuentros de Estudios Bilbilitanos que, con una periodicidad más o menos fija de tres años, reúne estudios sobre Calatayud y su comarca. Otro de los cometidos principales del centro desde hace unos 25 años ha sido editar obras. Ya hemos superado las 80 publicaciones.

--¿Qué línea ha predominado?

--Se pueden agrupar en tres líneas. Una de investigación, que es lo que se recoge en los encuentros, pero también en monografías, centradas sobre todo en historia y arte. Otra es la reedición de obras agotadas, que reproducimos cuando es posible en facsímil. La tercera, que es la más atípica, porque no son estudios, es la línea poética, que lleva una docena de números. A ésta se han sumado los libros fotográficos, con seis publicaciones y otra en la imprenta.

--¿Qué aporta el centro a la comarca?

--Cuando se creó lo aportaba todo, porque no había nada. El año 54 eran los tiempos de la postguerra y no sólo no había actividad cultural, sino que además estaba mal vista. Este centro nació libre de sospecha a partir de la Institución Fernando el Católico, controlado por la Diputación de Zaragoza. Aún así, cada cual capeó el temporal como pudo hasta los nuevos tiempos.

--¿Y cuál es actualmente su papel?

--Como afortunadamente ya se ha liberalizado la cultura y hay otras asociaciones culturales, nosotros publicamos lo que nadie quiere publicar. Facsímiles antiguos o trabajos de investigación que no son rentables y que van dirigidos a minorías, aunque no sea esa nuestra intención.

--¿Qué proyectos están por cumplir?

--Velar por el patrimonio arquitectónico de toda la comarca, no sólo para la conservación de los monumentos sino también para que no desaparezca la arquitectura popular. Esta es una función que ya empezó a cumplir el centro en Calatayud a través del Consejo Sectorial del Casco Antiguo. Hace dos décadas se podía derribar una casa de interés sin problemas, y ahora cualquier demolición debe pasar numerosos controles. Otra actuación que impulsó el centro fue la realización de excavaciones arqueológicas antes de edificar en un solar del casco antiguo.

--Como experto en arquitectura local, ¿qué rasgos distinguen esta zona?

--En la arquitectura de Calatayud, a parte de Bílbilis, destaca el legado árabe capitaneado por el conjunto fortificado del siglo IX, que posee ya estructuras que se reproducen posteriormente en el arte mudéjar. Considero que existe una continuidad entre el arte musulmán, aunque haya desparecido en gran parte, y el múdejar del siglo XIV. Por ejemplo, mientras no se demuestre lo contrario, yo sostengo que la torre de Santa María de Ateca es un alminar, lo que sería un ejemplo evidente de un monumento anterior a la conquista cristiana que se ha tenido por mudéjar. La cultura judía también está presente, pero arquitectónicamente en menor medida.

RUBEN CRISTOBAL