Bajo el lema de Vive la Historia se celebró el pasado domingo, 19 de septiembre, el V Día de Puertas Abiertas del yacimiento celtibérico de Segeda, situado en la localidad de Mara. Este importante yacimiento se ha estado excavando durante los meses de agosto y septiembre, gracias al patrocinio de la Diputación Provincial de Zaragoza, y el apoyo del Inaem y la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón. El domingo abrió sus puertas para enseñar los últimos descubrimientos en esta importante ciudad celtibérica.

Las excavaciones arrojan constantes incógnitas y primicias de la vida de los pueblos pre-romanos aragoneses que deben ser evaluadas con cautela ya que no existen en España datos comparativos de esta época. Según Javier Lambán, presidente de la DPZ y de la Fundación, "el proyecto Segeda es el génesis de la historia escrita de Aragón".

Para Paco Burillo, director de la investigación, este proyecto es "la muestra de una civilización culta frente a lo que se venía creyendo hasta ahora y los últimos hallazgos muestran el encargo de un proyecto de Estado de la aristocracia segedense". El alcalde de Mara, Roberto Ibarra, ve en este proyecto "un hito trascendental en la historia del valle y en el futuro de sus pueblos".

En los últimos meses han aflorado además enterramientos bien conservados de la alta edad media en el paraje denominado El Cadalso que aportan más indicios de la importancia de este lugar. De hecho Segeda se crea, se destruye y se regenera antes del nacimiento de Bílbilis.

Las actuaciones arqueológicas durante el año 2004 se han centrado en dos zonas de la ciudad celtibérica de Segeda. En la ladera del Poyo, donde se viene excavando desde el año 2000 y donde se descubrió un fortín, pervivencia del siglo V antes de Cristo que fue ocultado por la urbanización de la ciudad de Segeda I, y dos amplias casas pertenecientes a la etapa celtibérica, con suelos de yeso y paredes revocadas y las estancias más importantes, encaladas y con un zócalo pintado en negro.

En la periferia de la ciudad, a 800 metros de distancia en dirección sur de las laderas del Poyo, se encuentra un pequeño altozano próximo al desarrollo de la muralla que circunvalaba Segeda I. Las excavaciones han descubierto una compleja estructura aislada, cerrada por muros de grandes sillares de yeso. La peculiaridad de esta es que carece de paralelos conocidos en la Arqueología de Europa Occidental.