La traca pone fin a las fiestas y ahora toca hacer balance de estos días. Para muchos un balance positivo, muchos actos, muchas horas con la gente a la quieres, tus amigos, tus familiares, gente a la que ves de fiestas a fiestas… pero para otros, el balance no es tan bueno: resacas, “«agunas mentales» provocadas por grandes borracheras, peleas en las que los implicados muestran signos de embriaguez, accidentes de tráfico por conducir bajo los efectos de las drogas, caídas, discusiones, agresiones, relaciones sexuales no seguras, altercados familiares y alguna otra circunstancia que seguro se me escapa.

El alcohol es una droga con un elevado número de efectos secundarios que pueden afectar de manera grave a nuestro organismo. Cuando la persona que consume alcohol es menor de edad, esos efectos secundarios se vuelven mucho más peligrosos y por eso no podemos normalizar el consumo de alcohol entre los menores.

Ver a un menor con signos de embriaguez no es ni gracioso ni divertido, es preocupante o debería serlo.

Si permites que tu hijo menor de edad tenga alcohol en la peña estás contribuyendo a que lo consuma de manera habitual y le pueda provocar daños cerebrales. Además, estás favoreciendo que se incumpla una ley ya que queda prohibido el consumo de bebidas alcohólicas por menores de edad.

Si como responsable de un establecimiento hostelero permites que en él se venda alcohol a menores estás incumpliendo una ley porque queda prohibida cualquier forma de suministro, gratuito o no, de bebidas alcohólicas a menores de edad.

Si como trabajador de una superficie comercial no pides el carné y vendes alcohol a menores también estás incumpliendo una ley porque no sé si sabes que los propietarios y empleados de los establecimientos, así como cuantas personas intervengan en el suministro de bebidas alcohólicas, deberán exigir la presentación o exhibición de documento oficial acreditativo de su edad.

Cuando existe una ley que protege a los menores ante el consumo de alcohol es porque realmente hay que evitar ese consumo y no deberían valer argumentos absurdos como «es que todos sus amigos beben y mi hijo no va a ser el raro» o «yo a su edad también lo hacía», «sólo va a beber en fiestas», «en este bar la mayoría de los clientes son menores de edad y no voy a perder ese dinero» y cosas similares. Cuida de nuestros menores, hazlo por no incumplir la ley, pero sobre todo hazlo por nuestros jóvenes y la sociedad en general.

Poner fin a esta práctica entre nuestros menores es una labor de todos y por favor empecemos por no normalizar el consumo de alcohol entre los más jóvenes.

Más información en UASA Cinco Villas, Molino Bajo, 17 Ejea de los Caballeros. Teléfono 976667809/685909554. T