Hace ya más de 30 años que los primeros inmigrantes de origen árabe-musulmán se instalaron en Fuentes. Desde entonces su número ha aumentado hasta consolidar la comunidad más numerosa de la zona, con unas 500 personas empadronadas, en su mayor parte procedentes de Marruecos.

En estas tres décadas los nuevos residentes sienten que las relaciones con sus vecinos han empeorado, según manifiestan algunas de las familias. "Al principio nos sentimos muy bien acogidos, había una cierta curiosidad por nuestra forma de vida y mucho respeto, además los vecinos se mostraron hospitalarios", recuerdan sus mujeres. Ahora consideran que la actitud frente al inmigrante musulmán ha cambiado "quizá porque somos más numerosos o incluso por las noticias negativas que llegan de los países árabes".

No es un fenómeno exclusivo de aquí que la cultura musulmana sea poco conocida y muchas veces prejuzgada por una mentalidad que sólo ve en ella los aspectos más superficiales y que, además, los interpreta de forma errónea. Así por ejemplo se tiene la idea de que los emigrantes árabes son incultos o poco preparados, cuando lo cierto es que, en la misma comunidad de Fuentes, los hay con estudios universitarios, también entre sus mujeres, se habla de que se relacionan poco sin tener en cuenta que "no es que queramos aislarnos, es que nuestra cultura y costumbres son distintas, si bien si es cierto que hay familias que viven añorando su hogar, pensando sólo en trabajar, ahorrar y volver a casa, sin darse cuenta de que ahora están aquí, estarán muchos años aquí y es mejor adaptarse y vivir un poco el presente".

La cuestión de la inferioridad de la mujer es una de las que más suspicacias despierta, y aunque admiten que ésta se da en los países de cultura musulmana señalan que no es un problema religioso, puesto que su fe no subordina a la mujer, sino que es una cuestión de costumbres e interpretaciones machistas. El pañuelo es un símbolo de esta cuestión y, según explican, su uso se debe a que se considera que la principal belleza de la mujer está en el cabello y ellas se lo cubre para "evitar la mirada de hombres ajenos a su hogar". Por eso, desde su punto de vista simboliza "un signo de respeto hacia ellas y sus familias". El uso del pañuelo es un precepto religioso más de los que contiene el Corán, similar a cualquier obligación cristiana, y aunque haya ocasiones en las que un abuso machista haga que el hombre imponga su criterio, lo cierto es que para la mayoría el llevarlo o no es una decisión exclusivamente de cada mujer.

Para aclarar todas estas cuestiones, y romper con falsos tópicos la comunidad musulmana de Fuentes, contando con la colaboración del Ayuntamiento de esta localidad, prepara una jornada en la que, junto con una exposición de objetos típicos de sus países, ofrecerán una serie de charlas y conferencias en las que profesores y expertos en el Islam hablarán de esta cultura.

GLORIA ABADIA