La Comarca de la Ribera Baja del Ebro, como nueva entidad de carácter supramunicipal, está próxima a cumplir su primer año y medio de vida desde su constitución oficial. De hecho, ya han transcurrido cinco meses desde que se inició su segunda legislatura, un periodo de frenética actividad para quienes han estado encargados de organizar el proceso comarcal, tanto los miembros del antiguo consejo como los integrantes del actual, y muy especialmente para la presidenta de la delimitación en ambos periodos, Felisa Salvador, también alcaldesa de Cinco Olivas, y que repite en la presidencia comarcal por el PSOE.

--En estos momentos ¿en qué punto se encuentra la Ribera Baja del Ebro?

--La comarca está en pleno proceso de consolidación con las competencias que hasta la fecha hemos asumido en las diferentes comisiones y con los presupuestos destinados a cada una de estas materias, a punto de superar los últimos trámites burocráticos. Hay que tener en cuenta que en la etapa anterior apenas nos dio tiempo a poner un poco de orden, pues las pasadas elecciones municipales frenaron el trabajo de casi tres meses. Además, a punto de cambiar la composición del consejo no hubiera sido prudente embarcarse en nuevos proyectos.

--Bienestar Social, Cultura y Educación, Deporte, Juventud, Medio Ambiente y Protección Civil, Obras e Infraestructuras Comarcales, Personal y Turismo son las siete competencias sobre las que la Ribera Baja tiene ahora poder de decisión, ¿cuáles han sido hasta ahora las más sencillas de emprender y las que han planteado mayores obstáculos?

--Todas tienen sus dificultades, hay competencias como deportes que ya estaba organizada en una estructura comarcal y que ha requerido muy pocos cambios. Por su parte, cultura y educación recibe desde hace tiempo una buena atención; bienestar social fue de las primeras en organizarse, puesto que los ayuntamientos ya desempeñaban un enorme volumen de trabajo en este tema. Aún así, queda por ultimarse un convenio laboral colectivo para todos los trabajadores de este área que igualará sus condiciones salariales y de trabajo, puesto que, independientemente del municipio donde desarrollen su actividad, ahora son empleados de la comarca. El resto de las cuestiones son más novedosas, la mayoría de las localidades no tenían proyectos sobre ninguna de ellas. En este sentido, la contratación de personal especializado como los técnicos de turismo y juventud ha sido el primer paso para hacerse cargo de estas competencias y elaborar un plan de trabajo ambicioso y sobre todo creíble y responsable con nuestros compromisos con la población.

--¿La existencia de la comarca como nuevo ente administrativo merma en el poder de decisión de cada municipio?

--En absoluto, cada ayuntamiento toma sus propias decisiones y determina en qué va a invertir, qué mejoras o actividades quiere financiar, etc. La comarca se ocupa, por una parte de gestionar ayudas económicas que antes debían solicitarse ante otras instancias, y por otra de asuntos que competen al conjunto de los pueblos.

--¿Considera que el proceso de comarcalización está recibiendo todo el apoyo institucional y económico que necesita?

--Sí, aunque siempre se necesita más dinero, lo cierto es que las instituciones aragonesas han apostado firme por este traspaso de poderes, y de hecho nos animan a que recojamos más competencias. Sin embargo, en el caso de nuestra comarca, de momento vamos a esperar hasta consolidar y organizar completamente las que tenemos.

--¿Los habitantes de las diferentes localidades aprecian esta nueva organización?

--En general hay un gran desconocimiento, quizá porque hasta ahora no se ha empezado a "ver" nuestro trabajo centrado en labores de organización y ordenamiento. Además, no existe un espíritu comarcal , estamos acostumbrados a mirar por nuestros pueblos e incluso a competir con los vecinos. Esta mentalidad tiene que cambiar porque ahora estamos unidos para conseguir mejores condiciones para todos.