Estos veinte años de Jazz al Margen no hubieran sido posibles sin los centros cívicos. En sus comienzos, el festival se realizaba en el Centro Cívico Tío Jorge, primer centro cívico de la ciudad. Desde aquí surgió el germen del festival, pero no se quedó solo aquí, también se dio cobijo a la formación, creando la Harlem Blues Jazz, banda amateur que inicio el gusto por el Jazz en el Arrabal. Muy pronto, el Centro Cívico Río Ebro abrió sus puertas incorporándose al festival, cubriendo así de manera más eficaz el festival, en un centro nuevo y con un imponente salón de actos. La esencia ya estaba hecha. Actur y Arrabal unidos por el Jazz.

Tras varios años con este formato, surgieron nuevos centros cívicos en el distrito. En el año 2006, se inauguró el Centro Cívico Estación del Norte incorporándose rápidamente a Jazz al Margen por sus especiales prestaciones técnicas y por tratarse de un edificio emblemático. El Centro Cívico Estación del Norte por su proximidad a la ciudad consolidada se ha convertido en el buque insignia del festival, lo que unido a su capacidad de público lo hace el marco ideal para el mismo.

En el año 2009 se produjo la última incorporación en el Distrito a la Red de Centros Cívicos. Hablamos del Centro Cívico Distritocatorce, ubicado en el barrio de la Jota. Por las dimensiones de este espacio se ha convertido en un referente para los conciertos didácticos infantiles y en algunas ocasiones para conciertos de medio formato. La apertura de este centro dotó al festival de proximidad con los vecinos del entorno.

Y todos estos centros cívicos son los que sirven de cobertura para los conciertos y actividades que se realizan en Jazz al Margen, que, unidos al impulso y apoyo que se da desde la Red Municipal de Centros Cívicos hacen realidad este festival no solo en la ubicación, sino también en el concepto, ya que el apoyo de sus trabajadores ha contribuido notablemente al éxito del festival.