Mónica García es geógrafa, y, desde hace 20 años, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zuera, aunque esta no es la única experiencia con administraciones de Mónica, ya que ha trabajado en otras, como la Universidad de Zaragoza, con un denominador común: la defensa ambiental.

Su tesis de licenciatura versó sobre el río Gallego y los valores ambientales que alberga. De ahí que Mónica sea una gran conocedora de la zona. Y, para ponerla en valor, ha organizado muchas campañas de educación ambiental, dentro y fuera de Zuera, muchas de ellas ilustradas con otra de sus grandes pasiones: la acuarela, presente en carteles y posters.

Ahora, acaba de escribir un bonito cuento titulado: ‘El mapa secreto del corredor verde del Gállego’, una publicación impulsada por la Mancomunidad del Bajo Gállego, que también cuenta con un proyecto de balización y puesta en valor de la zona que se hará próximamente.

—¿Por qué un cuento?

—Porque es una fórmula literaria para transmitir información didáctica de una manera amena y entretenida, llega muy bien al gran público, y sobre todo a los niños. Además no hay nada más bonito que leer un cuento a los niños antes de irse a dormir.

—¿Cómo se articula el libro?

—Mediante el hilo conductor de unos personajes infantiles, el cuento me permite hablar del corredor verde del bajo Gállego y sus valores ambientales y culturales.

En este cuento además he guionizado los diálogos de los personajes, para hacerlos más cercanos e incluso poder llevarlos a teatralización.

—Se trata de una historia que fusiona lectura y dibujo. En ambos casos, es la autora, ¿por qué esta fusión?

—Desde hace muchos años pinto acuarela, gracias a mi madre, que es profesora de acuarela y me enseñó la técnica, y lo de escribir cuentos…también me lo enseñó ella.

Esta fusión se debe al objetivo didáctico del cuento, ayudar a la visualización del relato y hacerlo más atractivo.

Además permite a los más pequeños ojear el cuento sin saber leer, y facilita al contador, incluso el poder inventar sobre las imágenes.

—¿Qué puede decirnos de las acuarelas?

—Respecto de las ilustraciones, son acuarelas originales, tienen la frescura de esta técnica, y además se ha procurado realizarlas de una manera bastante infantil y sencilla, dando prioridad a determinados elementos que son el hilo del argumento del cuento, y que nos familiarizan con el entorno del río Gállego, y con los equipamientos ambientales de los pueblos. Incluso se juega con el guiño de los nombres de los personajes que hacen referencia a los nombres de los municipios.

—Háblenos de sus fuentes de inspiración para el relato.

—La naturaleza, el río, el agua, el aire, la tierra…He navegado por las aguas del Gállego con mi hermano Raúl, experto en aguas bravas, y eso me ha permitido estar dentro del río y conocerlo.

Además, mi formación como geógrafa me permite integrar múltiples variables, como el medio ambiente, la ecología y la historia, para explicar un paisaje actual, un entorno, unos valores y un uso del espacio por los grupos humanos que han vivido aquí a lo largo de la historia.

Para la inspiración, también he seguido la tendencia didáctica de los primeros naturalistas de campo, entre los cuales incluyo al ilustre oceanógrafo Odón de Buen (1863-1945), zufariense de nacimiento. El objetivo: acercar a las personas al medio natural, verlo, conocerlo y sentirlo. Esta es la mejor escuela de aprendizaje.

—¿Por qué apostar por un libro infantil?

—Los niños en el cuento son los protagonistas de la historia; son nuestro futuro y el de este planeta, ellos tienen la llave para mejorar y cambiar las cosas. Por eso debemos apostar por su formación y, sobre todo, en sensibilización ambiental. A ellos brindo esta publicación, para sembrar en sus cabecitas y corazón el valor de cuidar nuestro entorno y la naturaleza.

—En materia medioambiental, ¿qué posee el corredor?

—El río Gállego es un río Pirenaico que nace en Formigal, es muy dinámico, en sí mismo compone un entorno singular de ribera bastante bien conservado.

Un corredor verde es, a nivel ecológico, una franja con muchas posibilidades para el desarrollo de la vida silvestre, de la fauna y la flora. Tal es su valor y estado de conservación actual, que ha sido merecedor de varias figuras de protección a nivel europeo.

—Si tuviera que quedarse con un trocito de la zona, ¿cuál sería?

—Qué difícil es esta respuesta, no puedo fraccionar la naturaleza. Es una zona muy cambiante que recomiendo que se visite, tan cercana a Zaragoza y tan desconocida. Un espacio para descubrir andando, en bici, etc. T