La creatividad de los niños del curso de pintura y dibujo de la Asociación de Mujeres Santa Bárbara quedó retratada durante unos días en La Ermita de Miralbueno. Familiares y vecinos pudieron contemplar una colección de 58 obras de los alumnos de 4 a 15 años que reflejaban los conocimientos adquiridos en las clases a lo largo del año. Paisajes, animales o autorretratos se mezclaron con monstruos, fruto de la imaginación de los más pequeños.

Unos 60 jóvenes participaron en el curso impartido un año más por Pepa Longares, desde octubre a junio, por las tardes en el centro cívico. "Los más pequeños suelen dejar volar más la imaginación y los mayores trabajan más sobre copias de autores famosos. Los niños son creativos por naturaleza", comenta Pepa Longares. "Al principio les dejo que se expresen. Son expresionistas puros. Luego van formando su propio carácter", añade.

Para entender el proceso creativo y evolutivo de los niños, la profesora traza un punto de inflexión, que se sitúa entre los siete y diez años. "En esta etapa hay un cambio. Pasan de hacer pintura infantil a llamarles la atención otras cosas. No tanto los colores sino las perspectivas, las sombras, las luces... Le dan mayor importancia a lo que consiguen", analiza Longares.

Durante el año, los alumnos trabajaron con diferentes técnicas, como con carbón, lapicero y rotulador, en las clases de dibujo; y la acuarela y acrílico sobre lienzo, en las de pintura infantil. Unos se iniciaron este curso y otros ya son algo más que jóvenes aprendices, que llevan varios años. De las nociones aprendidas y de cómo salieron originales y brillantes obras de sus manos pudieron dar buena cuenta las más de 200 personas que se acercaron el día de la inauguración. Muchos quedaron fascinados de la destreza y la técnica empleada por los alumnos. "Algunos padres no dan crédito de lo que pueden dibujar o pintar sus hijos. Incluso niños con solo cuatro años", reconoce Pepa Longares.