La romería de San Gregorio, única que se mantiene viva en Zaragoza, demostró que goza de una salud de hierro, con la asistencia de unos 1.500 vecinos que asistieron a la ermita del santo situada en el campo de maniobras del Ejército. Al acto, acudieron, entre otras autoridades militares, eclesiásticas y políticas, el alcalde del barrio rural de San Gregorio, José Antonio Hernández y la presidenta del Rabal, Lola Ranera.

El buen tiempo acompañó los actos tradicionales, como el dance, la bendición de los Términos y la misa, a cargo de los párrocos de San Gregorio y Altabás. Y, por supuesto, también a los copiosos almuerzos que acompañan a esta celebración, otro motivo principal por el que muchos vecinos mantienen viva y con buena salud esta celebración.

Este año destacó la abundancia de ciclistas, cerca de 100, que combinaron la celebración con la práctica del deporte y ascendieron a la ermita en bicicleta. Otros 75 optaron por ir andando, y unos 300 utilizaron los autobuses contratados por los organizadores. El resto se llevó sus coches y bártulos para pasar una fabulosa mañana de reunión con la familia y amigos junto a la ermita.