La última novela de David Mamet, publicada tras dos décadas desde su último trabajo en este terreno, se titula Chicago (RBA, 2018) y está ambientada en los años 20. No importa cuánto tratemos de evitarlo: estas dos premisas activan en el lector una serie de mecanismos por los cuales nuestra mente empieza a inundarse de una atmósfera característica, imágenes de un determinado tipo de coches, armas y modos de vestir. Gracias a esto, Mamet (Chicago, 1947) tiene una parte importante del trabajo hecha y puede permitirse dejar de lado la ubicación espacio temporal para meterse directamente en harina.

Así, nos asomamos a la redacción del Chicago Tribune para conocer a Mike Hodge, un periodista veterano de la primera guerra mundial, que trata de exponer a qué herramientas recurre cuando busca exclusivas relacionadas con Al Capone y Dean O’Banion, los capos del bando italiano e irlandés respectivamente. Buscando formas de aproximación a la mafia, se inmiscuye en los entresijos que unen las floristerías con las funerarias. En The Beautiful, una de las más populares de la ciudad, conocerá a la hija del propietario, Annie Walsh, de la que se enamorará a pesar de la imposibilidad de esa relación. La familia de Annie es irlandesa católica, e intuye que si su padre o sus hermanos descubren su romance el próximo entierro será el suyo. Sin embargo, es Annie quien resulta asesinada. Y Mike no descansará hasta descubrir todos los porqués de este crimen.

Aquellos que desconozcan el trabajo como dramaturgo de David Mamet, su faceta más reconocida, podrían asociar la ambientación de este libro a un thriller cargado de acción. Nada más lejos de la realidad. Chicago es una obra para recrearse en los diálogos. Estos serán los que construyan la narración, y los pequeños detalles harán el resto. Destacan en especial las conversaciones entre Mike y Peekaboo, la propietaria de uno de los burdeles de la ciudad. Peekaboo es uno de los personajes más carismáticos de la novela, y nos sirve como termómetro para analizar el trato a la mujer y la discriminación racial de la época.

factor identitario / La sombra de la gran guerra está presente en forma de recuerdos por parte de los veteranos. El sentimiento identitario en Estados Unidos hacia Europa seguía siendo muy fuerte a principios del s. XX, y en Chicago se reflexiona sobre si el factor identitario debería venir más unido a la genética que a la nacionalidad.

Estas cavilaciones nos llevan a la conclusión de que David Mamet ha escogido un momento y un lugar de la historia muy precisos para plantear conceptos intemporales. A su vez, más que ante una novela de gánsteres estamos ante un manual de uso del periodismo. En el texto llega a afirmarse que «un periódico es un chiste», y se debatirá acerca de qué sucesos son tan relevantes como para convertirse en noticias publicables.

A pesar de este aparente maremágnum, en las últimas páginas todo encaja y obtenemos una trama cerrada en la que todos los hilos narrativos quedan explicados. Será en ese punto cuando el lector comprenda que no era tan importante solucionar el misterio del asesinato. Que todo ha sido una excusa para desarrollar otras ideas. Que Mamet buscaba un altavoz desde el que poder ser escuchado. Y vaya si lo consigue.

CHICAGO

David Mamet

RBA

Trd. Efrén del Valle