La BMW R 1200 GS Adventure es la referencia obligada para los usuarios más aventureros. Es un modelo de lo más evocador y sinónimo de viajes sin límite hacia la tierra prometida, sea por carretera o caminos de tierra. Porque con la posibilidad de recorrer casi 700 kilómetros sin repostar, la Adventure es el pasaporte hacia lo desconocido con el que todos hemos soñado alguna vez.

Renovada la R 1200 GS el año pasado con la introducción del motor de agua, ahora le tocaba actualizarse a su hermana mayor. Evidentemente, la principal novedad es la incorporación del propulsor de 125 CV con 15 CV más que su antecesora. Para adaptarlo a un uso más campestre se ha realizado una modificación en el motor para suavizar las reacciones a bajo y medio régimen. Más significativo resulta que al bajarse el consumo se ha podido rebajar la capacidad del depósito de los 33 litros a los 30, ofreciendo la misma autonomía.

La ergonomía es otro detalle que se ha cuidado de cara a mejorar el confort. Así encontramos una pantalla derivabrisas, regulable, más envolvente. Cabe destacar que el asiento se mantiene en 890 mm. en su altura más baja, pero se hace pie con más facilidad pues se ha reducido la distancia del arco que forman las piernas con un asiento rediseñado.

El aspecto de la Adventure impresiona con ese dominante frontal, el enorme depósito de gasolina y las barras de protección lateral. Por suerte, una vez en marcha se muestra ágil y fácil de controlar a pesar de sus 260 kilos. El dinamismo sobre asfalto es impecable y devoraremos los kilómetros sin darnos cuenta. Pero donde marca la diferencia es en la tierra con 20 mm. más de recorrido de suspensión. La enorme palanca del manillar nos permitirá controlarla con seguridad.

La unidad de pruebas iba calzada con un neumático mixto que tampoco permitía excesos sobre tierra, pero la posibilidad de abandonar el asfalto con 700 km. sin repostar es mucho. Todo un argumento para soñar despierto, sea la Adventure de color blanco, verde oliva o azul.