Colean todavía los ecos de los trascendentales acontecimientos del 11 y del 14 de marzo. Por un lado, el dolor por la brutal matanza de Madrid, cuyas heridas nuestra sociedad tardarán mucho tiempo en curar. Y, por otro, el vuelco electoral producido en las urnas, que ha supuesto la derrota sin paliativos del PP. Han pasado unos días y los jerarcas del PP parecen obcecarse en no reconocer los errores cometidos a lo largo de esta última legislatura. Se engañan cuando achacan su derrota al atentado y a una pretendida conspiración. Lo que pasó el 14-M fue que se agotó la paciencia de un pueblo. La prepotencia, el autoritarismo, la manipulación del Gobierno Aznar llegó al límite. Nos habían mentido ya tantas veces que la descarada mentira, en vísperas electorales, sobre la autoría de la masacre de Atocha les condujo a la derrota.

Los ciudadanos, muy sensatamente, han optado por la alternancia democrática. Han encargado al PSOE que forme gobierno, pero lejos de la mayoría absoluta, lo que obligará a Zapatero a mostrarse muy dialogante y conciliador, convirtiendo al Parlamento en el centro de la vida política, lo que nunca debió dejar de ser. En ese nuevo escenario la representación plural de la sociedad adquiere enorme protagonismo. Los pequeños partidos se vuelven decisivos. Su participación en la gobernabilidad se hace imprescindible.

PRECISAMENTE por eso, debemos valorar la inteligencia del pueblo aragonés que, en plena espiral bipartidista, supo confiar en un partido como CHA. Mientras otros partidos sufrían una sangría de votos para favorecer el triunfo del PSOE, aquí CHA no sólo aguantó el tipo y conservó el escaño de José Antonio Labordeta, sino que continuó creciendo hasta los 94.000 votos (19.000 votos más que hace cuatro años). CHA ha obtenido en esta ocasión el mejor resultado de su historia en unas elecciones generales, creciendo en las tres circunscripciones, pasando del 10% al 12% y consolidándose como la tercera fuerza política de Aragón. Especial atención merece la provincia de Zaragoza, donde CHA ha subido del 12,8% al 14,5%, superando incluso los votos de las pasadas autonómicas.

A la hora del análisis, tampoco podemos pasar por alto el excelente resultado obtenido por CHA en la ciudad de Zaragoza, donde ha sumado más votos que nunca, superando el respaldo popular de hace un año en las elecciones municipales. A pesar de haber asumido responsabilidades de gobierno en la capital aragonesa en momentos difíciles, fruto de la herencia recibida tras la nefasta gestión municipal del PP, y a pesar de algún intento mediático de desprestigio contra la labor de nuestros concejales, CHA ha sido ratificada en las urnas también en la ciudad de Zaragoza.

El crecimiento de CHA debe valorarse de forma muy positiva, teniendo en cuenta la fuerte polarización PSOE-PP provocada por la tragedia del 11-M, que elevó en siete puntos la participación en las urnas. Los analistas coinciden en que CHA está lejos de tocar techo y que, de haberse producido las elecciones en circunstancias normales de participación y con una polarización menor, CHA podría haber alcanzado los dos escaños a los que aspiraba en campaña.

AHORA VAMOS a abordar una legislatura muy interesante en el Congreso, donde los partidos vamos a tener que hablar mucho y alcanzar acuerdos para dar respuesta a los grandes retos que tenemos. De cara a la investidura de Rodríguez Zapatero, al frente de la mayoría progresista y plural resultante del 14-M, CHA plantea como prioridades: el descarte oficial y definitivo del trasvase del Ebro y del PHN, la apuesta por la nueva cultura del agua y por el diálogo social y territorial como método para afrontar los problemas hídricos; la aceleración de las inversiones en infraestructuras de comunicaciones en Aragón (autovía Pamplona-Huesca-Lleida, desdoblamiento de las N-232 y N-II, AVE a Valencia por Teruel, red de cercanías y ferrocarril convencional, conexiones viarias y ferroviarias con Francia y Europa, aeropuerto de Zaragoza..., en el marco de una modificación del Plan de Infraestructuras 2000- 2007); un nuevo modelo de Estado (mejora de la financiación autonómica y local, fin de la involución autonómica y respeto a la pluralidad del Estado, Senado federal, participación en Europa, reforma del Estatuto de Autonomía: todo ello de acuerdo con el dictamen de profundización del autogobierno y una apuesta firme por los derechos sociales. Se abre una etapa interesante que esperamos que no nos defraude.

*Presidente de Chunta Aragonesista