Han tenido que transcurrir más de 15 días desde que se dieron a conocer las intenciones de Schindler con la fábrica zaragozana para que el Gobierno de Aragón se reúna con los representantes de los trabajadores. Lo hará hoy el vicepresidente y consejero de Industria, Arturo Aliaga, quien parece haber actuado con cierta lentitud en un conflicto en el que están en juego 119 empleos y toda una línea de producción que, lejos de ser deficitaria, genera buenos resultados.