En la industria alimentaria española confluyen los elementos ideales que terminan formando un sector potente y sano. La producción agrícola y ganadera, en primer lugar, la transformadora después y finalmente la comercialización. Esos tres eslabones se han mantenido en el tiempo durante decenios hasta conseguir el papel que hoy tienen dentro de nuestras fronteras y fuera. Sus 90.000 millones de facturación anual le convierten en el primer sector industrial español, que aporta el 7,5% del PIB global. Casi el 20% de su facturación va destinada al exterior y ha conseguido una tasa de cobertura positiva. Se trata de una de las actividades más dinámicas del país y que ha conseguido un desarrollo integral, desde el campo a los restaurantes más prestigiosos del mundo, aportando producto, manufactura e incluso arte culinario de primer nivel. De forma que en estos momentos es de los que aportan más valor añadido a nuestra economía. Los organizadores del salán Alimentaria han logrado situarlo desde hace muchos años en la vanguardia de los grandes eventos del sector a nivel internacional.